


Quizás no definiríamos a este riad como una perla. Sin embargo el sitio resulta acogedor. Reúne varios elementos de decoración típicamente marroquí pero sin exageraciones. La sobriedad es una palabra clave aquí. Resulta particularmente interesante la simetría de las formas y la mezcla de colores cuando miras el patio principal desde una de las plantas superiores. Un consejo: para evitar perderte, te recomendamos llamar antes de llegar. La Perle de la Medina se encuentra en una callecita y no hay muchos carteles que indiquen su emplazamiento.
- Cultura
- Bien situado