El Menzeh Fes se sitúa en un edificio de cuatro plantas. Su hall de entrada luce un interiorismo marroquí bien marcado: sillones con grandes almohadas de terciopelo, paredes con zeliges, alfombras variadas, mármol blanco y marrón, arañas de cristal, cortinas? Varios salones comparten el espacio. En uno de ellos hallarás un televisor. Si te gusta el deporte, podrás venir a vibrar con otros apasionados un día de partido o de algún otro gran evento. En un rincón un ordenador conectado a la web se encuentra a disposición de los huéspedes. No te imagines encontrar un cibercafé. Más bien te toparás con una mesita con mantel y un ordenador. Cerca del mostrador de recepción, a su derecha, se encuentra una pequeña tienda con lo típico: suvenir, crema solar, pilas? Y el bar americano permanece abierto a lo largo del día. Uno de los elementos curiosos del hotel es el ascensor panorámico que mira la medina. Por ahora la vista es despejada pero en el terreno de en frente una construcción avanza a pasos agigantados (diciembre 2009). La terraza de la última planta dotada de mesas de hierro forjado y sillas de mimbre domina la ciudad. A pesar de no tener una ambientación agradable, merece la pena darse una vueltita al final del día para observar los cambios que se van produciendo en la ciudad a medida que la luz cae.