Las habitaciones limpias y sobrias, de unos 23 m² en la planta baja y 21 m² en el primer piso, se renovaron todas en 2007, algo que se nota y se aprecia. Sin embargo, debido a las paredes grises y azules y al mobiliario simple, el conjunto puede parecer austero. Aunque funcionales, disponen de pocos equipamientos, entre los que hay una mosquitera colgada encima de las camas (más bien duras), climatización individual, un pequeño balcón, un despacho de madera y armarios. El largo cabezal de la cama de madera sirve también de mesita de noche. 12 de las habitaciones disponen además de minibar. Cada noche se vaporiza un antimosquitos en todas las habitaciones ocupadas.Una cortina con conchas marca la separación entre la habitación y el cuarto de baño, bien concebido y con unos pequeños azulejos en mosaico. La ducha es grande y los wc están separados. No faltan ni el jabón, ni el gel de ducha. Por el contrario, como sucede en todos los hoteles del Delta del Saloum, el agua es salada. Aquí no hay problemas de agua caliente. Existe la posibilidad de añadir camas supletorias en las habitaciones para hacerlas triples o cuádruples. Además, 48 de las habitaciones ofrecen vistas al brazo de mar.