Ubicados entre el mar y las montañas, los hoteles se parecen al archipiélago es decir ante todo auténticos por su historia y su naturaleza. Fue descubierta por los navegadores portugueses al siglo 15, la isla de madeira es sinónimo de un rico pasado colonial. La ciudad es muy hermosa y en su centro nos encontramos con la catedral, llamada la Sé, es el punto de salida de las numerosas calles de antiguo barrio donde se puede alojar entre las tiendas de artesanía et los mercados. La ciudad es muy hermosa con su arquitectura de época y sus jardines abundantes, un lugar ideal para los hoteles que se incorporan muy bien con el paisaje. La mayoría fue construida en el siglo 19, las ?quintas? son antiguas residencias de señores que se transformaron en hoteles preciosos. Podrás encontrar en aquellas habitaciones adornamientos históricos, muebles tradicionales y por afuera a teja rojas y postigos verdes frente a jardines muy bellos. Las propiedades de lujo seducen a las parejas en búsqueda de relajamiento en Madeira.