Construida en 1998 y reformada en 2001, la Quinta da Casa Branca está formada por un paralelepípedo de cristal ahumado que acoge la recepción, por un edificio moderno de una planta donde se encuentran las habitaciones y por una casa de estilo tradicional donde están los dos restaurantes. Repartidos en un gran parque cuidado como un jardín botánico, estos elementos se funden perfectamente en el decorado. Llegamos a la piscina atravesando un césped con numerosos arbustos. La piscina, con una superficie de 100 m², está rodeada por una pérgola reforzada por un seto para relajarse en total intimidad. Puedes disponer gratis de las tumbonas, colchones, sombrillas y toallas. Disfruta de un baño en total serenidad con el canto de los pájaros de fondo. Se han instalado igualmente en el jardín sillones y mecedoras para disfrutar de la vista sobre la bahía de Funchal.
Cabe resaltar la amplia biblioteca del hotel. Un espacio con una decoración muy moderna y que mezcla una bonita escala de beiges. Sofás grandes y cómodos rodean este cálido lugar. Encontramos un ordenador que nos permite un acceso gratis a internet de alta velocidad.
Al igual que muchos de los hoteles de lujo, la Quinta cuenta con un magnífico centro de belleza. Los productos utilizados son de la marca Phytocéane. Se propone una amplia gama de cuidados: aromaterapia, tratamiento exfoliante, masajes... ¡tanto para mujeres como para hombres! Este espacio de relax está muy bien equipado: baño de remolinos, hammam, sauna. Nuestro preferido es la magnífica sala de descando donde apetece abandonarse al son de una cálida musica ambiental...