Las 116 habitaciones comprenden 2 suites con terrazas importantes. Todas tienen moqueta clarita, un gran espejo, muebles de madera oscura. Resulta particularmente cómoda la luz dentro de los armarios. Dentro del placar, se hallan las 2 toallas para la piscina. Además de una televisión con pantalla plana, todas los cuartos vienen con kettle. El aire acondicionado se detiene en cuanto se habre la ventana del balcon. Las habitaciones que no miran al mar, dan hacia la montaña donde se ven bananeros y casitas, una vista más bien grata. Y las de la séptima planta no tienen balcon, excepto las suites pero si grandes ventanales. El baño tiene buena luz eléctrica y se siente que acaba de ser renovado en todos los detalles: la bañera, el piso con baldosas marrones y beige, el lavabo con una forma rectangular e original.