La estructura cuenta con 20 estudios y 12 dúplex renovados en 2013. Decorado sobrio, muebles de madera oscura, camas excelentes, pequeña televisión sobre una mesa. Todo es bastante simple pero chic y se adaptará a todos los gustos. La pequeña cocina en el balcón permitirá que los clientes se preparen un plato de pasta alguna noche de pereza, un cafecito al volver de la playa o, si lo desean, permitirá que dejen bebidas frescas. Ya sea en la planta baja o en el primer piso, la vista está libre, la vegetación omnipresente y el ruido de las olas es mecedor. En lo que se refiere al baño, hay bañera y ducha y, aunque aún faltan algunos arreglos, es bastante espacioso. Podrán encontrar los productos de tocador y un secador.

El hotel está alejado con respecto a la calle. Y mejor que sea así porque los que se pasean por esa calle pueden ver que los ruidos del tráfico son muy molestos. En un parque con palmeras y otras plantas tropicales, podrán encontrar una piscina protegida, preciosa, rodeada por tumbonas comodísimas y modernas en frente del bar y del restaurante. Poco metros más arriba, en un edificio rojo y amarillo de un piso, construcción típica de Guadalupe, están las habitaciones. En el centro, la recepción, imponente y elegante, con sillones tapizados hechos a mano y iluminada por una imponente araña, es un lugar de encuentros. Se va a instalar una biblioteca y los clientes podrán leer solamente a autores del archipiélago guadalupano. Es una ocasión para saber más sobre la historia de la isla y su población pero también para conocer nuevos autores franceses.

El restaurante está pegado a la piscina. Cuando pasamos por el hotel, Micheline, la directora, estaba preparando la apertura del restaurante y nos confirmó que quería abrir una cocina donde se cocinen solamente productos frescos. Obviamente quiere dar a conocer las especialidades locales gracias a sus platos cocinados a la antigua usanza. Esta mujer tiene fe en que su restaurante se convierta en uno de los mejores de la isla. Y después de haber probado alguno de sus platos, ¡confiamos en ella!
El desayuno, incluido en la noche de hotel, se sirve en forma de bufé a partir de las 7h30. Menú: frutas frescas (algunas del jardín), bollería, pan, mermeladas locales y para los aficionados a lo salado, pequeños patés, jamón y queso.

La playa pública, situada al otro lado de la carretera con respecto al hotel tiene fama de ser una de las más bellas de Marie-Galante. Hay algunas corrientes pero las palmeras para echarse la siesta a la sombra, la arena blanca y el mar azul turquesa lo convierten en un lugar paradisíaco sin peligro.

La conexión WIFI es gratuita pero solo se capta en el vestíbulo de entrada, en el restaurante y cerca de la piscina.