El equipamiento de las habitaciones es básico y, aunque se han hecho esfuerzos aquí y allá en la decoración, no han sido suficientes para proporcionar un ambiente acogedor a unas habitaciones casi monacales. Están todas situadas en la primera planta y aunque dispone de 10 habitaciones solo alquila 5... Solo la vista de la naturaleza es impresionante. Una gran cama de 160 cm muy cómoda y el aire acondicionado es el único equipamiento de unas habitaciones con muebles de madera. No hay televisión ni cadena musical, pero la conexión wifi es gratuita. Los cuartos de baño están separados y son correctos, sin cursilerías. Aunque nos gustaría más grande, se aprecia el balconcito.

La familia formada por un antiguo protésico dental que llegó con su mujer en 2010 y sus gemelos vive en el establecimiento. Aunque a veces se puede tener la impresión de estar en su casa en vez de en un hotel, esto también crea un ambiente acogedor que no todos apreciarán. Tras una subida pequeña pero muy empinada se llega a una casa situada en mitad de la naturaleza que es una mezcla de madera y piedra de estilo antiguo. ¡Estamos en la Souricière!

El restaurante está dirigido por un italiano. Pizzas cocidas en un horno para pizzas (famosas en toda la isla), pasta y raviolis frescos (¡incluso de langosta! 24 euros). Todos estos sabrosos y copiosos platos italianos se hacen desear, menos mal que estamos en vacaciones y se puede perder el tiempo. Sin embargo, una vez servidos no hay decepción. Calcula alrededor de 14 euros por plato. Recuerda echar un vistazo a los platos del día, suelen ser originales y siempre están muy buenos.
El desayuno se sirve en la terraza de madera al igual que la cena. En este ambiente sobrecargado, dominando la naturaleza y espantando los mosquitos. El menú incluye los grandes clásicos del desayuno continental: bebida caliente, bollería y yogures a los que se añade fruta fresca variada que suele ser del jardín. Por dos euros más, los amantes de lo salado podrán pedir huevos, jamón y salchichas.

Si lo solicitas se puede instalar una neverita en la habitaciones.
No es de acceso fácil, ya que se encuentra en lo alto de una subida empinada.