The Orangers Beach suma un total de 380 habitaciones: 10 bungalows, 33 habitaciones de lujo, 109 de categoría superior y el resto (unas 230) de categoría estándar. Estas últimas están totalmente equipadas para pasar una cómoda estancia en el hotel; disponen de una cama de matrimonio o dos individuales, mini-nevera, teléfono, televisión por satélite, climatización y una terraza con vistas al hermoso jardín. La diferencia con las superiores es que éstas tienen vistas al mar y son algo más espaciosas. Siguiendo la escala, las habitaciones de lujo son igualmente más amplias y cuenta con un pequeño salón en uno de los rincones. Además, en ellas el cliente encontrará la caja fuerte y el secador de pelo. Por último, los bungalows, cuentan con todo lo citado además de una televisión LCD, radio con CD, conexión a Internet por cable, un mini salón con chimenea y, uno de los grandes lujos de estas estancias, un pequeño y coqueto jardín privado. Estos bungalows son lo más parecido a una pequeña casa de los sueños anclada en la arena y es que realmente están a pie de playa. Para deleitarse de las vistas en esta estancia de ensueño, nada mejor que relajarse en la hamaca de tamaño familiar que preceden la vista del mar en cada bungalow. Su diseño es muy moderno y sus comodidades, todas. El resto de habitaciones gozan igualmente de una coqueta ambientación, un diseño moderno y muy sencillo, de corte tunecino, y un mobiliario muy nuevo. Entre los muchos detalles que ofrece el hotel, uno de ellos está a disposición de todos los clientes y es la documentación en la que se pueden conocer y los servicios y prestaciones del hotel. Todo ello se presenta en unos elegantes libretos realizados a mano con papel reciclado.

El hotel fue construido en el año 1967, y desde entonces se han realizado múltiples renovaciones. La más reciente, y en su totalidad, tuvo lugar en 2008. Estas obras supusieron la transformación y modernización de las habitaciones, el restaurante principal, la piscina exterior así como las terrazas. A pesar de tratarse de un hotel moderno, de renovadas y actuales estancias, el hotel mantiene la esencia del establecimiento original en algunas de sus partes. Destaca entre todas ellas el lobby, muy acogedor y más antiguo que el resto del hotel, con un claro estilo árabe. Eso sí, en este entorno vendría bien la restauración de los baños, bastante antiguos para la época. Respecto a las instalaciones para el juego, el ocio y la diversión, el hotel dispone de todo imaginable. Cuenta con una zona de juego para los más pequeños, un anfiteatro cubierto donde se celebran las animaciones, una pista de baloncesto, un campo de fútbol de hierba para los niños, una escuela profesional de equitación, dos pistas de tenis (iluminados y de uso gratuito), un área para el juego en la playa privada y un largo etcétera. Las piscinas son tres: una cubierta y dos exteriores (adultos y niños). En los próximos planes del hotel se incluye la construcción de un centro balneario con todas los servicios y equipamientos para el culto al cuerpo, un centro de fitness y un restaurante en la playa privada. El hotel ha obtenido varios certificados que garantizan su gestión: ISO 9001 (gestión de calidad), e ISO 22000 (seguridad alimentaria), entre ellas. En breve tiene previsto obtener el ISO 14001 (gestión medioambiental).

Disfrutar de la buena mesa en este hotel está garantizado. Tanto en variedad como en calidad, comer aquí es un placer. Zumo de naranja recién exprimido, repostería artesana (deliciosa y fina), fruta fresca, cereales, embutidos, yogures, recetas calientes (huevos, bacon, verduras, crêpes, etc.), con una generosa variedad componen los típicos desayunos del hotel. De la misma forma, en la comida y la cena, el comensal puede disfrutar de una amplia gama de platos, muchos de ellos preparados en el momento (show cooking) a partir de productos frescos (carnes, pescados, pastas, verduras) que se pueden aderezar y acompañar de aquello que más guste al cliente. Una gran cantidad de salsas, aceites, vinagres y especias completan el escaparate gastronómico de The Orangers Beach, una auténtica delicia para los clientes amantes de la buena cocina.

La playa del hotel The Orangers Beach está literalmente adosada al complejo del establecimiento, de forma que el cliente no tiene que cruzar ninguna calle para llegar al mar. Se trata de una playa privada donde se ubican numerosas tumbonas y sombrillas (de paja y algo antiguas) para relajarse (gratuitas para el cliente) y desde donde disfrutar de una copa o un snack (bocadillos, pizzas, etc.) en el bar instalado en plena arena. También en este idílico lugar está todo preparado para el juego y el deporte (vóley playa y fútbol playa, entre los deportes que se pueden practicar). La playa es de arena fina y mar muy limpio. Unos hechos que, unidos a la ambientación dispuesta por el hotel, han permitido a The Orangers Beach obtener la bandera azul por parte de las autoridades, lo que supone una playa de óptima calidad.

Este coqueto hotel, de lujo y ambientación muy tunecina, es un gran lugar para pasar a la orilla del mar unos días de descanso, en familia o en pareja. Aunque es la única fórmula posible, el «todo incluido» de The Orangers Beach permite al cliente olvidarse por completo del monedero durante su estancia en el hotel ya que realmente todo está incluido. El zumo natural de naranja recién exprimido por la mañana, un cóctel de bienvenida a cada cliente e incluso masajes gratis de 15 minutos de duración son algunos de los servicios que los huéspedes del hotel reciben sin la necesidad de rascarse el bolsillo. Solamente la equitación y los deportes náuticos son las actividades de pago en este establecimiento orientado al bienestar. Las zonas verdes ocupan una superficie de nada menos que 12 hectáreas, de forma que a cada huésped corresponde en torno a 50 metros cuadrados del cuidado y elegante jardín (naranjos, olivos, jazmines) que adorna y aromatizan el lugar. Esta circunstancia ha permitido al hotel obtener en 2008 el reconocimiento de «Hotel Jardín&;, un distintivo ecológico otorgado por la Comisión Nacional de Estética de Túnez (del Ministerio de Medio Ambiente) que hasta ahora sólo ha sido concedido a The Orangers Beach. Asimismo, el hotel ha sido galardonado por el cuidado y limpieza de sus playas. Si no puedes despegarte del ordenador e Internet, aquí estás de enhorabuena ya que hay Wi-Fi por todo el hotel, siendo otro de los servicios gratuitos, y dos ordenadores de acceso libre para los clientes. Igualmente gratuito es el servicio de lanzadera a un campo de golf y al centro de talasoterapia de un hotel de la misma cadena (Les Orangers Groupe). Si vas con niños, te interesará saber que el mini-club del hotel acoge a pequeños de entre 2 y 12 años, de los que están al tanto dos monitoras profesionales desde las 9 de la mañana a las 18h. En este lugar, los peques pueden dormir, jugar, ver películas en un ambiente especialmente diseñado para ellos. Los huéspedes alojados en los bungalows tienen opción (es un servicio incluido) a tomar el desayuno en la misma habitación o en el pequeño jardín con el que disponen estos alojamientos. Esto supone disfrutar del café y el resto de desayuno con la playa en primer plano: ¡todo un lujo! Las animaciones es otro de los puntos a favor del hotel: éstas tienen lugar cada día de 8 a 17h. y de 20 a 23h. Las diurnas son de tipo deportivo y lúdico. Respecto a las nocturnas incluyen todo tipo de espectáculos, incluida la elección de «Miss Orangers».