Este hotel tiene 266 habitaciones, 32 de las cuales son suites, repartidas en dos edificios. Por un lado, el ala Métropole que es el edificio centenario original y, por otro, la nueva ala Ópera (137 habitaciones).
Todas tienen una decoración muy clásica y llena de encanto. Suelo de parqué, cama Sofitel MyBed, que garantiza un buen descanso, pantalla plana, bonitas fotos, colores agradables, mobiliario antiguo de estilo colonial y una bañera en el cuarto de baño. En las habitaciones no falta un armario con albornoces, kimonos, zapatillas y caja fuerte. Tampoco faltan el aire acondicionado, el minibar, secador, despertador y productos de tocador.
En la parte antigua, las habitaciones de 37 m² están más marcadas por la atmósfera de época y algunos elementos de decoración como un ventilador de madera oscura y alfombras que nos sumergen en un ambiente de antaño. En el ala Ópera, sólo miden 32 m² pero son más de diseño tanto en colores como en mobiliario.
Los cuartos de baño son de lo más normal: En el lado antiguo son amplios, totalmente de mármol pero muy clásicos y en el lado moderno, más pequeños con juntas que salen ya alrededor de la bañera pero con una decoración muy agradable y una báscula. Ninguna tiene WC separado. ¡Una lástima!
Existen dos tipos de vistas: ciudad o jardín. Las segundas son más tranquilas, pero todas las habitaciones tienen doble cristal. Es una pena no poder abrir las ventanas para tomar una bocanada de aire fresco. El balcón es decepcionante.