Este bonito edificio construido en 1930, y completamente renovado en 1997, hace alarde de una bonita arquitectura. Su decoración es elegante en tonos blancos, dorados y mobiliario chic en este hotel de 12 plantas. A la decoración, un poco fría, sólo le falta un toque cálido. En la primera planta, una piscina bastante grande es perfecta para refrescarse, aunque la pequeña terraza que la rodea no tiene mucho espacio para relajarse. Tres aparatos de musculación están protegidos del sol pero con las temperaturas extremas es difícil resistir mucho tiempo.
El spa no es nada del otro mundo ya que todo es de pago y la sala de masajes de pies tiene sillones de flores de los años '70-'80, super kitsch.
Los amantes de los juegos de azar están de suerte, ya que el hotel tiene un casino para los mayores de 18 años.