Los dos restaurantes, abiertos para comer y cenar, se sitúan en el primer piso y dan al vestíbulo situado justo debajo. Un chef de cocina francés prepara platos muy variados, presentados en forma de buffet. El menú está formado por numerosas ensaladas, queso, sushis, carne, verduras y pescado de todo tipo. Este buffet, excelente para las tres comidas, satisfará a los más golosos que podrán probar de todo en una decoración a la que no le vendría mal un toque de modernidad.
Los domingos, un buffet de mariscos reúne a numerosos amantes de los crustáceos. Además, un restaurante gastronómico de ambiente y decoración muy francés, que goza de una excelente reputación, incluso la de ser el mejor restaurante de la ciudad, sirve a la carta, langosta, foie gras, brazuelo de cordero y tabla de quesos. Calcula 60 euros por comida, lo cual es razonable para la calidad de la cocina. Lo único que lamentamos es que haya tantos hombres de negocios.
Por último, para hacer una comida más ligera, en el bar de la planta baja se dispone una versión en miniatura del buffet de la comida, más que suficiente para una comida equilibrada y sabrosa.