Inaugurado en octubre de 2008, este primer W sin duda se centra en destacar la naturaleza, hilo conductor de todos los espacios que, en casi todos los casos, son de ultra diseño. El ambiente se crea desde la entrada con música de salón (incluso en el exterior): los porteros relajados y serviciales abren una de las puertas acristaladas y te acompañan hasta el impresionante ascensor que da directamente al sexto piso. De paso, notarás la enorme pantalla de plasma que, como si de un cuadro animado se tratase, muestra flores bailando al antojo del viento. En el ascensor, todo de vidrio, hay que tener cuidado de no dejarse hipnotizar por la pantalla integrada en el suelo. Aquí, como en el resto, hay excelentes vistas al puerto de Hong Kong y a la ciudad. En este hotel en vertical hay ventanales integrales desde la planta baja hasta el piso 76, el último nivel y donde se encuentra la piscina exterior más grande y elevada de Hong Kong. Los pisos superiores, numerosos, son residenciales.
Con la intención de crear un universo en el que todos se sientan como en casa, los espacios comunes, a semejanza de una casa, se llaman "kitchen", "living room", etc. Abiertos entre sí, se encuentra en gran parte en el sexto piso, lugar de intercambio y encuentro esencial en el W. Los diferentes ambientes se ven relegados por las combinaciones cromáticas, las líneas, las formas y las obras, numerosas y fascinantes. En función del avance al salir del ascensor, las paredes y el espíritu del lugar evolucionan gracias a los efectos ópticos, a los relieves, etc. Los libros de la bilbioteca están integrados en los muebles bajos y curvos del salón bar que dividen el espacio amplio y homogéneo en diversos rincones acogedores. En el techo hay mariposas que parecen volar gracias a los espejos que hay colgados. Tras la barra, los numerosos licores se integran alegremente en la decoración espaciosa y de ultra diseño. Los amantes del té podrán elegir entre más de 30 variedades (té de la tarde y merienda cena de 14:30 a 18:00 h). Más lejos, la mesa de mezclas espera al DJ de moda invitado. Tras una cortina de perlas hay un espacio para organizar eventos privados. Hacia atrás, hay que pasar obligatoriamente por el vestíbulo antes de tomar los ascensores en dirección a las habitaciones. Aquí, el fucsia brilla en este conjunto sombrío en el que destacan especialmente los materiales y, de nuevo, el movimiento. En este lugar, el huésped participa en la creación colectiva del instante y el establecimiento, lo que los maravillosos pasillos grises decorados con detalles de biblioteca ponen en relieve. El séptimo piso está consagrado a las salas de conferencias (se recomienda entrar para admirar dos excelentes obras de arte).
En el último piso, donde el lujo es extremo, te sentirás en la cima del mundo frente a la piscina (climatizada) de borde horizonte de 25 m de longitud. El jacuzzi y las numerosas tumbonas cómodas invitan a relajarse en el centro de esta ciudad frenética. Además, la pared de plexiglás permite disfrutar de las vistas. Numerosas mariposas levantan el vuelo en la pared de mosaico. Entre el cielo y la tierra, el espacio puede servir para organizar veladas. Algunos pisos más abajo hay un gran gimnasio azulado. Todas las máquinas (con TV y conexión para iPod) están frente a los ventanales que ofrecen unas vistas maravillosas. Originario de Nueva York como W, el Bliss Spa forma parte del hotel. Este reino del bienestar decorado en turquesa y crema se reparte en dos pisos: 9 salas de tratamiento, dos de ellas para parejas, hidromasaje con tumbonas acuáticas frente a un paisaje urbano, sauna, hammam y duchas decoradas con paredes de cristal. Tan mágico y relajante de noche como de día, abre hasta las 22:00 h.