184 habitaciones que se dividen en tres categorías principales: superiores (32), De lujo (82) y De lujo júnior (48). Las habitaciones, a imagen del hotel, son claras, muy limpias y decoradas en un estilo colonial. Los muebles, las tapicerías y los cuadros son de estilo de época clásica y de buen gusto.
Gracias al hervidor, el minibar y la cesta de fruta podrás prepararte una merienda en el espacio destinado a tal efecto, compuesto por dos sillones y una mesa baja colocados delante de la ventana. El perchero, el espejo y las perchas te ayudarán a que te instales y te sientas como en casa, así como las zapatillas, las magníficas batas, el secador de pelo y los productos de aseo del cuarto de baño: cepillo de dientes, gel de ducha, champú, etc. Además, hay otros detalles como una caja fuerte y un paraguas, y es que en Hué ¡llueve 4 meses al año! Los cuartos de baño no son muy grandes, sobre todo en comparación con la habitación, pero disponen de bañera. Es una lástima que al encender la luz se encienda también el ventilador que hace mucho ruido.

Este imponente hotel de 3 plantas es de arquitectura colonial, con paredes rosáceas y blancas decoradas con ventanas y puertas de madera. Cuenta con un patio exuberante muy agradable y ornamentado con una fuente y en el que se han instalado mesas, la piscina en forma de media luna y la terraza para poder relajarse y comer a la sombra de la vegetación. Las zonas comunes son muy luminosas y están decoradas con lámparas de araña doradas, suelo de mármol, fotos que explican la historia del lugar y una escalera de madera de época. Y para servirte en este decorado de época, un personal vestido con uniforme digno de los mejores hoteles: pantalón blanco, chaqueta roja y gorro. El spa, al que se accede a través del patio igual que a las demás zonas comunes, posee un suelo recubierto de cantos rodados que le confiere un aspecto muy natural. Los clientes disponen de dos grandes jacuzzis, sauna, hammam, bañera de hierbas medicinales para las piernas y una sala de masajes de pies equipada de grandes sillones de cuero. El masaje es de pago, pero con él se puede acceder a todo el resto. Y aquellos que todavía tengan ánimos después de una jornada de excursiones podrán dirigirse al gimnasio equipado con algunas máquinas.

Un restaurante principal alargado acoge a los clientes en un ambiente elegante aunque un poco frío. Paredes blancas, barra de madera y vistas al río, al otro lado de la calle. La cocina es vietnamita e internacional y se presenta en forma de bufé si el hotel está lleno o de servicio a la carta. El restaurante, fino y variado, es perfecto para las noches que no tengas ganas de salir del hotel. El desayuno es siempre de bufé y se puede tomar en el patio interior, si el tiempo lo permite. Hay otro restaurante que solamente abre a los grupos que propone una organización divertida y típica de Hué. Además, ¡tendrás que disfrazarte! La comida está presidida por un rey y una reina elegidos entre los miembros del grupo. El menú es divertido y abundante y en él se sirven platos típicos.

El hotel fue construido en 1901 por un pudiente hombre de negocios francés llamado Morin.
Si no dispones de agua caliente, seguramente es porque has apretado sin darte cuenta el interruptor de la entrada del baño con el que se apaga o se enciende.
Conexión wifi a Internet gratuita o en los ordenadores a disposición de los clientes del hotel en la recepción.