Las habitaciones son limpias y confortables. La decoración es sencilla, el mobiliario de madera y el suelo de baldosas. Cada año, algunos "adeptos" regresan para recargar energías durante una o dos semanas. Las 75 habitaciones dobles están equipadas con balcón con una mesa y dos sillas, frigorífico y aire acondicionado que se pone en marcha desde que llegan los primeros días de calor. La televisión difunde cadenas locales y algunas internacionales. Por último, todos los cuartos de baño están equipados con una amplia bañera, secador de pelo y productos de higiene. Dos habitaciones por planta son triples en permanencia; en la planta intermedia se encuentran las simples (pequeñas y sin balcón).

El Kalamaki fue construido en los años 70 y totalmente renovado (espacios comunes y habitaciones), con ocasión de los Juegos Olímpicos de Atenas en 2003. Los espacios comunes son espaciosos y luminosos. Debido a su emplazamiento geográfico, las 75 habitaciones del edificio de 3 plantas (4 habitaciones que se comunican para las familias) gozan de magníficas vistas al mar, frente al viejo puerto de Corinto, en el Golfo Sarónico. El parque (20 ha) al que da la terraza del restaurante está bien cuidado. Aquí estamos lejos de las grandes infraestructuras hoteleras. La tranquilidad y el entorno hacen que este lugar sea muy agradable. Completamente rodeado por el mar, la mirada sólo se detiene en la línea del horizonte o en la cresta de las montañas que se elevan a lo lejos, más allá del golfo.

La dimensión relativamente pequeña permite una cocina de cualidad en consonancia con la categoría del hotel. El restaurante principal tiene una capacidad de 150 cubiertos. Por la mañana y la noche se propone un bufé griego e internacional y a mediodía, se sirve un menú a la carta. Durante la temporada alta, se abre una cafetería en verano (desde mediados de junio hasta finales de septiembre) cerca de la piscina.

La playa es relativamente grande y muy agradable. Como en toda esta zona de Grecia, la arena no es particularmente fina pero la marea ha gastado las piedras hasta hacerlas tan suaves que se puede caminar descalzo a orillas del mar. Existen casetas con puertas de madera, duchas y tumbonas a disposición de los clientes. Se ha añadido una gran terraza de césped para aumentar el espacio de las tumbonas.

Encontrarás en el jardín vestigios del puerto de Kehries, donde predicó San Pablo, y etapa igualmente de la peregrinación "tras las huellas de San Pablo". Las infraestructuras del hotel son de libre acceso para los visitantes que deseen disfrutar del entorno, la piscina, el jardín... (7 euros al día).
La base náutica sólo funciona en julio y en agosto.

Animación
El Kalamaki Beach es un hotel de vacaciones que propone pocas actividades de animación: una velada de folclore a la semana y a veces competición deportivas. Un miniclub para los niños de 4 a 12 años está dirigido por una francesa, de 10:00 a 18:00.