Los 147 chalés del Four Seasons Jimbaran ofrecen a la vez una decoración elegante y un confort irreprochable: televisión por satélite con 16 canales, vídeo, cadena de alta fidelidad, caja fuerte, aire acondicionado regulable, minibar lleno y servicio de habitaciones las 24 horas. Todas poseen una piscina privada, rodeada de una bonita y amplia terraza protegida del sol y acondicionada como salón exterior. El interior es espacioso y luminoso (200 m², incluyendo el jardín). El espacio se divide en una gran habitación con cama con baldaquín, un vestidor y un amplio cuarto de baño. Este último está equipado con una magnifica bañera de estilo antiguo con una grifería deslumbrante, y está separado del jardincito exterior por un gran ventanal. Está equipado con numerosos productos de belleza, dos lavabos así como dos duchas, una interior y otra exterior. La intimidad de las habitaciones, inmersas en el parque y su densa vegetación, está preservada por muros de piedra. No obstante, existe un inconveniente que puede tener su importancia: los mosquitos, que aprovechan la altura y la ausencia de viento para hacer estragos al final del día en algunas estaciones (cada habitación está equipada con un kit contra los mosquitos).