


El Huna Falls, situado en el corazón de las plantaciones de té, disfruta de vistas panorámicas al valle. Ideal para descansar y deleitarse con los lugares naturales y culturales de las proximidades.
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- Bien situado
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El Huna Falls, situado en el corazón de las plantaciones de té, disfruta de vistas panorámicas al valle. Ideal para descansar y deleitarse con los lugares naturales y culturales de las proximidades.
El Huna Falls está situado en el corazón de una plantación de té, 26 km al norte de Kandy. Para llegar a él es necesario coger un pequeño camino, por el que sólo pueden pasar minibuses o coches, y subir a 1.300 metros de altitud. Los paisajes son magníficos y las cataratas de Huna no están muy lejos.
Las habitaciones resultan oscuras y sobrias: la decoración no es de las más alegres. Las pesadas y sombrías cortinas (beis y marrón), de gran tamaño, dificultan el paso de la luz. El mobiliario es de madera oscura, así como la moqueta que encontramos en el suelo. Las habitaciones son grandes, quizás demasiado, ya que dan la sensación de estar algo vacías. Están equipadas con una cama, armario, escritorio, televisión, climatización, servicio de té y café, minibar y teléfono. Los baños son muy espaciosos y están bien decorados. El hotel cuenta asimismo con tres suites, dos de ellas con decoración temática: una escocesa y otra japonesa, y transmiten la sensación de estar en una parte del mundo diferente.
El hotel se construyó hace 24 años y fue renovado en 2004. Su estructura y decoración no son muy atractivas, pero las vistas a sus alrededores son extraordinarias. El hotel está rodeado por un parque con una gran extensión. El cliente puede disfrutar asimismo de una piscina, aunque el lugar no resulta muy actractivo (sin sombra, algunas tumbonas).
El restaurante domina las montañas y los grandes ventanales situados alrededor del comedor permiten disfrutar del paisaje. Una terraza da la vuelta en torno al edificio. Predominan los tonos negros en la decoración, provocando una sensación de oscuridad; afortunadamente el restaurante dispone de grandes ventanales. Cabe destacar la variedad en la carta de vinos, si bien pocos son reserva. Se propone una cocina local e internacional. Por las mañanas, el desayuno se sirve en modo de bufé.
El hotel sufrió una remodelación en 2004. Los amantes del golf cuentan con un campo de golf a su disposición.
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