El Zamani Kempinski, uno de los pocos hoteles de la isla que pertenecen a una cadena hotelera internacional, se construyó en la planicie coralina de la costa este. Internacionalmente lujoso, se extiende sobre unos inmensos terrenos alargados por los que están repartidos los pequeños edificios de una planta. Definitivamente han apostado por la modernidad construyendo unos bloques cuadrados blancos de hormigón, iluminados por la luz de Zanzíbar que entra por los amplios y omnipresentes ventanales.
Por tanto no sigue el estilo de construcción tradicional de makuti y recibe a los clientes en un vestíbulo moderno en el que el mobiliario de mimbre crea un ambiente ligeramente colonial. La recepción, relativamente estrecha y alargada, da al espacio en el que se encuentra la piscina principal. Le falta un poco de espacio y, dada la categoría del hotel, hay que admitir que uno se esperaría una recepción más impresionante. Quizá lo han hecho así para reproducir más fielmente el ambiente sencillo que se respira en Zanzíbar.
Más allá de la recepción, descubrirás la zona de la piscina: la piscina, de borde horizonte, gran diseño y perfectamente geométrica, constituye uno de los puntos fuertes de la estructura. Aunque, debido a la ausencia de playa, la piscina resulta absolutamente necesaria. No obstante, en lo que respecta a las toallas de baño, es bastante decepcionante: desgastadas y descoloridas por el sol, necesitarían un cambio, especialmente considerando la lujosa categoría del hotel.
La piscina está rodeada de una terraza con vistas al mar que se prolonga hasta el restaurante que sirve especialidades de pescado. Las habitaciones están colocadas a ambos lados.
La oferta del hotel se completa con un elegante spa. Ubicado en los famosos bloques de hormigón, combina la rigidez de la estructura con el diseño minimalista de las habitaciones, creando salas de masajes con una decoración moderna y fiel al estilo de los centros que se pueden encontrar en las grandes capitales. Frente al océano, encontramos una segunda piscina cuyo efecto horizonte es increíblemente relajante. Aquí te propondrán los tratamientos habituales (masajes, tratamientos de belleza, etc.), aunque el personal que se ocupa de los masajes tradicionales asiáticos es tailandés o indonesio, algo realmente excepcional.