Tras atravesar una bonita entrada sobre pilotes, descubrirás un encantador vestíbulo exterior, protegido tan solo por un tejado de madera, y acompañado por un discreto hilo musical. La decoración es al estilo tradicional del sur de Tailandia. Desde la recepción, podrás divisar el mar al fondo. Esta zona está rodeada por un estanque, situado más abajo, con nenúfares. La sala es muy cómoda, gracias a los amplios sofás, sillones y sillas presentes. El hotel está bien integrado en la naturaleza, incluso ha conservado la mayoría de los árboles existentes antes de que se construyera el establecimiento. En el nivel inferior se encuentra la piscina, de formas redondeadas, que constituye el centro neurálgico del hotel, construido como si fuese una pequeña zona residencial. Encontrarás varias tumbonas y sombrillas alrededor de la piscina. El Tubkaak dispone de un spa compuesto por cuatro salas, dos de ellas interiores y otras dos exteriores. La especialidad es el masaje Tom Yum, que consiste en un masaje que dura dos horas.