Las habitaciones disponen de una superficie razonable. El mobiliario es agradable y funcional. Los colores alegres se combinan armoniosamente con el entorno general. La mitad de las habitaciones tienen vistas al mar; la otra mitad, a los jardines. Los bungalows, provistos de aire acondicionado individual, cuentan con un pequeño cuarto de baño equipado con ducha o bañera. Se echan en falta el teléfono, la televisión y el minibar. Después del ajetreo diario, una terraza provista de sillones invita a tomar el fresco. Recomendamos las habitaciones con vistas al mar, desde las que mañana y tarde se vislumbran las piraguas de los pescadores mecidas por el agua.

El Coralia Club Baobab, construido en 1985 y renovado completamente en 2004, es un complejo de cabañas que se diseminan a lo largo de un apacible parque de 5 ha repleto de flores y vegetación. A su llegada, los huéspedes son recibidos en un maravilloso vestíbulo que domina el mar, antes de ser llevados a uno de los 104 bungalows (34 de ellos son de una categoría superior). Desde la entrada, se accede a la piscina y al restaurante principal. Los bungalows se encuentran un poco más lejos, bordeando la playa. La propiedad finaliza en la zona en la que se han concentrado los campos de deporte y un complejo artesanal. Los más exigentes encontrarán un salón de belleza, un centro de submarinismo, numerosas actividades náuticas y un club infantil para niños de entre 4 y 12 años, el Baboo Village.

Las comidas principales consisten en bufés y se sirven en la terraza de la piscina o en una gran sala con una maravillosa vista de la laguna. Le Gouygui es el segundo restaurante, situado en el otro extremo de la propiedad, muy cerca de los campos de deporte y de la playa. Con una capacidad de 60 comensales, además de su carta ofrece menús. La variedad de los platos es tentadora y su calidad encomiable. A la cocina internacional, principalmente italiana vienen a sumarse numerosas especialidades locales (pescados a la brasa, mariscos, tieboudiene ?un preparado de pescado con arroz y verduras? y maffe ?un arroz con salsa de cacahuete?. Regularmente, se organizan veladas temáticas. Un chiringuito de playa y tres bares completan la oferta gastronómica del Baobab.

Sin duda, el principal atractivo del Baobab. El acceso no podría ser más sencillo, ya que los bungalows se distribuyen a lo largo de la costa. Se trata de una playa grande (800 m de longitud), ancha y muy bien acondicionada. Sin embargo, el mar suele estar turbio, debido a las corrientes y a las grandes rocas que lo habitan. En el extremo norte, se sitúa una maravillosa laguna, lo que la hace ideal para los amantes de la soledad o de los largos paseos. Se han previsto sombrillas, tumbonas, duchas, sólidas mesas y taburetes y un chiringuito. La arena, muy bien cuidada, es fina y dorada. La oferta de deportes náuticos es amplia: esquí náutico, buceo, un centro de submarinismo ?con equipamientos obsoletos?, pesca de altura, kayak de mar e hidropedal. Exceptuando el buceo y el hidropedal, el resto son de pago.

El Club du Baobab se ha renovado en su totalidad recientemente, con un estupendo resultado. Se encuentra en un marco incomparable, junto a una espléndida laguna y cerca de una reserva de aves, ideal para la práctica de la equitación y los paseos en quad. Además de ofrecer actividades clásicas, hará las delicias de los niños, que encontrarán en el Baboo Village un espacio único. Todas las noches actúa una orquesta y tres veces a la semana se organizan veladas temáticas. El hotel cierra durante el mes de septiembre.