Las 169 habitaciones del complejo se dividen en 7 tipos distintos. Todas posees la misma decoración, sólo cambia el tamaño, las vistas y los servicios solicitados en el paquete. Una vez que se cruza la puerta, aparece un bonito espacio harmonioso y relajante de tonos crema con una cama grande con baldaquín, un mueble con una gran televisión por satélite, un tocador, numerosos espejos... Además, hay aire acondicionado individual y un ventilador, con un minibar y un servicio de té y café, un teléfono, una caja fuerte gratuita, una radio despertador, un paraguas, una plancha y una tabla de planchar y mosquiteras en las ventanas, que dan a un gran balcón. El cuarto de baño, grande y hermoso, es de mármol de color crema y cuenta con una bañera, un secador de pelo y numerosos productos de tocador.Hay servicio de habitaciones de 08:00 a 22:00 h para los clientes del Royal Club.

El hotel se construyó en 1996 y fue comprado en 2002 por la empresa Occidental, que renovó todas las infraestructuras 2 años después. Desde la recepción y desde la terraza de diseño (el punto más alto del hotel) se puede apreciar el enorme terreno diseminado con numerosos edificios de un máximo de tres plantas. Una escalera monumental desciende poco a poco hacia el espacio consagrado a la enorme piscina con formas amplias y redondeadas, y a la de los niños, para disfrutar del descanso en las numerosas tumbonas. Todo es nuevo y resulta algo aséptico. Hay caminitos que serpentean por todo el terreno. El spa ofrece dos ambientes bien diferenciados. Un pequeño edificio cuenta con 4 salas de masaje, entre las que hay 2 para parejas con baños de burbujas, una ducha de afusión y un jacuzzi en el exterior. En plena vegetación, se realizan masajes al aire libre en dos casetas tradicionales. No lejos de allí, los niños juegan en columpios de madera, toboganes?

Podrás disfrutar en el bufé internacional con la fórmula "todo incluido". La sala, muy agradable, de colores crema, forma un arco abierto de grandes ventanas que dejan aparecer el azul del mar a lo lejos. Las mesas están separadas y el personal está muy presente. Hay otra sala grande dedicada a la presentación de distintos platos. Por ejemplo, para el desayuno: 7 platos calientes salados, una zona de tortillas, muchos ingredientes para la ensalada, distintos tipos de panes, frutas, pastelillos y más de ocho tipos de queso y embutido. Para una cocina más típica a la hora de cenar, está el restaurante italiano a la carta con unos asientos altos y confortables, o el restaurante Oriental con una cocina asiática y japonesa cocinada delante tuyo. Por el día, el chiringuito de al lado de la piscina está mejor adaptado para una comida ligera al aire libre en un ambiente amplio y elegante.

A bastantes minutos de la recepción, un agradable camino rodeado de palmeras y después algunos escalones llevan a la gran playa protegida por árboles. En esta cala, los clientes serán los únicos en disfrutar de la tranquilidad y la belleza del lugar. Sobre la arena fina y marrón se alinean las tumbonas, muy pegadas entre sí. Una red delimita una pequeña zona de baño en comparación con la inmensidad de las aguas claras y azules. No hay que fiarse de la suavidad de las olas ya que las corrientes pueden ser muy fuertes. Hay muchos corales en el agua, por lo que conviene llevar calzado. Una pequeña agencia ofrece la posibilidad de practicar diferentes deportes acuáticos, motorizados o no.

La mayoría de los clientes son estadounidenses, canadienses, alemanes y españoles. El hotel no es en absoluto aconsejable para personas con movilidad reducida. Hay coches eléctricos para moverse por el complejo.

Recomendaciones:
Es difícil evitar los trayectos largos en el Occidental Grand Papagayo. Los edificios más cercanos a los espacios comunes y a la playa son el n°1 y el n°2. Evite los nº 14, 15 y 17, ¡lejos de todo!