Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
Céntrico hotel de tres estrellas que suele albergar a una clientela joven en el verano y de entrada edad durante el invierno. Cocina corriente, habitaciones sencillas pero cómodas y la cercanía a la playa y a la Estación de Autobuses son otros detalles a tener en cuenta en este hotel.
El Festa Brava está situado en una de las principales avendias de Lloret de Mar, por donde pasan vehículos en ambos sentidos casi de forma constante. Un parking privado justo enfrente (a 3 euros la hora), un buen número de comercios de toda índole en las inmediaciones y a dos pasos de instalaciones deportivas municipales son otras ventajas de su ubicación. La calle más comercial de Lloret, San Pere, se encuentra a 50 metros del Festa Brava. Los aeropuertos más cercanos son los de Girona y Barcelona, situados a 30 y 75 kilómetros, respectivamente. Lloret de Mar no dispone de estación de tren, pero sí la localidad vecina de Blanes, a 7 kilómetros. En cambio, cuenta con estación de autobuses, a un par de minutos del hotel, desde la que se puede viajar a Girona así como al extranjero (Eurolines).
Las 172 habitaciones del Festa Brava son dobles estándar a excepción de cuatro, que son individuales. Algunas incluyen cama de matrimonio, pero en la mayoría de los casos se trata de dos camas individuales. Todas tienen una pequeña televisión y una caja fuerte de pago (19 euros la semana además de 10 euros de depósito). Se trata de habitaciones cómodas en tamaño y prestaciones aunque bastante antiguas por su uso y por su estética. No obstante hay que tener en cuenta que una de las alas fue renovada casi en su totalidad en 2007, lo que supone dos tipos de habitaciones. Las nuevas, por ejemplo, incluyen bañeras con hidromasaje. Todas ofrecen en el cuarto de baño un secador de pelo y varios sobres como amenities.
El hotel abrió sus puertas en el año 1963, como así recuerda una placa de azulejos conmemorativa de los 25 años del hotel colgada en 1988. El hotel consta de un edificio donde se distribuyen las habitaciones a partir de la primera planta. En la planta baja se concentran todas las zonas comunes que son: un patio amplio con piscina exterior, jacuzzi, un pequeño jardín y una zona para tomar el sol (bastante pequeña teniendo en cuenta el número de habitaciones), un restaurante, un bar, un salón con pantallas de televisión y juegos, y el lobby. Las camas que suma el hotel son unas 350.
El único restaurante del hotel ofrece los tres servicios en forma de bufé, incluyendo el show cooking en el desayuno y la cena. Se trata de un comedor de forma rectangular que aprovecha la luz natural de la calle del hotel. Se trata también de un modesto bufé tanto en calidad como en variedad. Bollería industrial, croquetas y salchichas son algunos habituales. Montadas para cuatro comensales, las mesas se distribuyen aprovechando al máximo el espacio, casi sin dejar hueco libre de paso en algunas zonas.
La Playa de Lloret de Mar se encuentra a escasos 500 metros del hotel. Ésta es la más amplia (1,5 kilómetros) y animada del municipio, por lo que en temporada alta conviene ser prevenido a la hora de hacerse hueco en la arena. En paralelo a ella se encuentra el paseo marítimo, restaurantes con terraza y tiendas de toda índole. Miniclub, biblio-playa y chiringuitos son otros servicios a agradecer en esta playa de arena blanca y gruesa cuyas aguas, limpias y fresquitas, cubren a pocos pasos de la orilla. Otra playa a unos 20 minutos desde el hotel es la de Fenals (700 m. de extensión), cuyo ambiente es más relajado. También cuenta con un agradable paseo, varios restaurantes con terraza y varias plazas para aparcar el vehículo gratis. Ambas playas de Lloret, con el distintivo de bandera azul, ofrecen los servicios propios de su categoría como la limpieza garantizada, duchas, rampas de acceso (a la arena y al agua) para minusválidos, servicio de vigilancia y primeros auxilios. No hay que olvidar que son otras cinco playas las que tiene Lloret de Mar (una de ellas nudista), y por supuesto las calas, un auténtico remanso de paz con aguas cristalinas, arropadas por acantilados y pinos peinados por el sol.
El hotel cierra de octubre a marzo, aunque estas fechas pueden cambiar según el funcionamiento de la temporada. El hotel recibe a todo tipo de público si bien son habituales los grupos de jóvenes durante el verano y los de tercera edad en temporada baja. Las animaciones para adultos que ofrece el hotel se limitan a espectáculos, como la actuación de un grupo musical, una vez por semana. Los niños tienen a su disposición un parque infantil y piscina. A los padres les interesará saber que pueden utilizar gratis las tronas en el restaurante, si bien para la cuna deberán abonar 6 euros por día. Hay tres habitaciones adaptadas a minusválidos y para utilizarlas ha de prevenirse al personal del hotel. El Festa Brava dispone de un parking privado que cuesta 10 euros al día, por tanto es la mejor opción para dejar el vehículo en al zona puesto que es subterráneo y más barato que el que tiene enfrente. Wifi gratis en la planta baja del hotel.
El Olympic Palace hace honor a su nombre. EN él se come como en un palacio por su variada gastronomía de calidad. Además es un gran hotel para deportistas por su amplia oferta para el ocio y sus modernas instalaciones para el deporte. Un nutrido programa de animaciones y un personal amable son otras ventajas a tener en cuenta en este establecimiento que forma parte de un resort con otros tres de la cadena Evenia Hotels.
Este tres estrellas ofrece dos caras bien diferenciadas: una repleta de encanto y otra totalmente a la inversa. La primera se halla en el patio de entrada y su coqueto palmeral, así como en la arquitectura del edificio y ornamentación del lobby, de estilo colonial. Sin embargo, este encanto se desvanece en las habitaciones, pequeñas y antiguas, y en el apartado gastronómico, tan modesto en calidad como en cantidad. Su ubicación también es también bipolar: está en pleno centro por tanto junto a un sinfín de servicios, pero también en pleno corazón de «la movida» de Lloret de Mar, lo que equivale a bullicio, especialmente por la noche.
Sencillo hotel que tiempo atrás albergó un casino y que hoy en día se configura como alojamiento dirigido a grupos de jóvenes que quieran disfrutar de la animación propia de Lloret de Mar. Instalaciones que denotan el paso de anteriores clientes, una modesta cocina y una buena ubicación son otros factores a tener en cuenta durante la estancia.
Sencillo hotel ideal para grupos de jóvenes que busquen alojamiento con buena relación calidad-precio en uno de los barrios más animados de Lloret de Mar. Restaurante, piscina y un par de salones son sus contadas zonas comunes. El cliente tiene la opción de acudir a un hotel vecino de la misma cadena para participar en animaciones o practicar deporte. Un personal amable y la cercanía a la playa son otros factores a tener en cuentra durante la esntacia en este dos estrellas. Las habitaciones prescinden de teléfono y televisión.
Situado en primera línea de playa y en pleno centro de Lloret de Mar, este cuatro estrellas es un buen lugar para parejas, amigos o ejecutivos. Todo está a mano, incluido el sonido ambiente de la zona, muy animada en cualquier época del año. En este hotel se disfruta de unas hermosas. También del relax de una piscina en un ático y de una terraza junto al paseo marítimo. No obstante, se trata de un pequeño hotel con instalaciones contadas por falta de espacio. No cuenta igualmente con zonas verdes o espacios abiertos para el relax.
El principal atractivo del hotel María del Mar es su ubicación a pocos metros del centro de la ciudad, muy animado noche y día, y relativamente cerca de la playa de Lloret de Mar. El lugar es muy animado. El establecimiento cuenta con el sello Framéco y gustará a aquellas personas que no sean muy exigentes en cuanto a la calidad del alojamiento y de los servicios, así como a los más jóvenes con presupuesto limitado que quieran pasar unas agradables vacaciones de fiesta bajo el sol de la Costa Brava.
Ideal para parejas o viajeros que busquen algo de tranquilidad en Lloret de Mar, el Gran Garbí Mar es el más moderno de los cuatro establecimientos del Grupo Garbí en el lugar. Habitaciones cómodas y una deliciosa piscina son los rincones a tener en cuenta en este hotel, que no ofrece en cambio zonas de ocio para pequeños o mayores. Cuenta con una cafetería para desayunar. El resto de comidas han de hacerse fuera del hotel o en el mayor hotel de los Garbí (Gran Garbí), a dos pasos de este tres estrellas.
Sencillo hotel situado en «la calle de las discotecas» de Lloret, como así se conoce una de las avenidas de mayor animación del lugar, y por ende menos silenciosa. Se trata así de un establecimiento no apto para los que buscan tranquilidad, donde se encuentran unas habitaciones confortables y un restaurante de gastronomía muy modesta. Durante la estancia no hay que dejar de lado la visita a la piscina climatizada, que recuerda a un pequeño spa, y el solárium, desde donde se divisa una hermosa vista panorámica de Lloret y se respira la calma.
Este cinco estrellas, reformado íntegramente en 2008, ofrece las comodidades y servicios propios de su categoría con el valor añadido de incluir en sus instalaciones un exquisito spa y el Gran Casino Costa Brava. Para disfrutar unos días de vacaciones en familia o para celebrar un congreso, se trata de un establecimiento que no defraudará, especialmente a los amantes de la buena mesa puesto que su gastronomía es uno de sus puntos fuertes.
El Olympic Palace hace honor a su nombre. EN él se come como en un palacio por su variada gastronomía de calidad. Además es un gran hotel para deportistas por su amplia oferta para el ocio y sus modernas instalaciones para el deporte. Un nutrido programa de animaciones y un personal amable son otras ventajas a tener en cuenta en este establecimiento que forma parte de un resort con otros tres de la cadena Evenia Hotels.
Lujo e intimidad se dan la mano en este hotel ideal para clientes que quieran pasar desapercibidos en un pedacito de la Costa Brava. Refinamiento en cada esquina, incluido el miniclub, y tecnología punta en unas habitaciones donde no falta detalle son otros de sus atributos. Eso sí, el lujo del Alva Park se concentra en el establecimiento. Al salir de él, su emplazamiento sigue siendo Lloret de Mar, un municipio más cercano al turismo de masas que al glamour marbellí. Amenities de Molton Brown, muebles de Roche Bobois y vajilla de Royal Albert son algunos apellidos de sus detalles. Se trata así de un hotel no apto para todos los bolsillos.
El Aqua Hotel Bertrán se encuentra en pleno corazón urbano de Lloret de Mar y cerca de la playa. Es un buen lugar para parejas o amigos que quieran disfrutar de unas modernas y cómodas habitaciones en este animado municipio de la Costa Brava. Se trata de un hotel que se va adaptando al paso del tiempo, a diferencia de otros de la zona, aunque peca de falta de recursos para familias puesto que apenas hay espacio para el entretenimiento de pequeños. En él se come bien y se encuentra un amable personal. Es un tres estrellas que alcanza un nivel superior a otros hoteles de cuatro en Lloret.
El Acacias Resort & Spa, del grupo Samba, incluye habitaciones de hotel y apartamentos, siendo de lujo estos últimos y bastante sencillas las primeras. Un restaurante de espacio reducido, un también pequeño pero delicioso spa y un personal agradable son otros factores a tener en cuenta durante la estancia en este hotel situado en una de las pocas calles tranquilas de Lloret de Mar.
Este cuatro estrellas forma parte de un resort de 30.000 metros cuadrados en los que deporte, buena gastronomía, animación y comodidad durante la estancia se dan la mano. Familias, parejas y amantes del deporte son perfiles de cliente que no se defraudarán en este establecimiento situado a 1 kilómetro de la playa.l
Ideal para familias, el apartahotel Costa Encantada ofrece confortables y espaciosos alojamientos a los que se une salón, cocina, terraza y cuarto de baño. Moderno y completo en instalaciones, también destaca por ofrecer un nutrido programa de animación. Se encuentra en una zona tranquila de Lloret de Mar, aunque igualmente algo alejada del centro y de la playa.
Renovado en 2010, el Plaça París es un céntrico hotel que ofrece la comodidad propia de un cuatro estrellas e incluye un muy apetecible spa. Las instalaciones comunes son confortables e incluso las hay para niños, como un miniclub. No obstante, carece de zonas verdes y el único espacio abierto es el dedicado a la piscina. Destaca en él su decoración, especialmente en el spa y la recepción, aunque no tanto así en las habitaciones, bastante sencillas en lo ornamental.