La familia que gestiona el Plaça París tomó las riendas del negocio en 1964. Desde entonces ha realizado diversas renovaciones siendo la más reciente de 2010 y con carácter integral. Las habitaciones se reparten en dos bloques adosados, ambos de cinco plantas pero distintas alturas. En la planta baja de ambos se sitúan las zonas comunes, salvo la piscina, el spa y el gimnasio. Para llegar a estos tres últimos basta con salir a un patio exterior donde también se encuentra una terraza, hamacas y una zona de recreo para niños. La fachada del hotel llama la atención por su diseño, muy moderno, y cobertura con láminas de madera en las terrazas. Este último detalle aporta un halo de intimidad, a pesar de la ubicación del hotel, en pleno cogollo de animación. Dada la fecha de sus últimas reformas, se trata de un hotel muy nuevo. En el hall hay un bar con varias zonas de descanso a su alrededor, así como un área de juegos (billar incluido), ordenadores, sofás con masajes y una enorme cristalera con vistas a la piscina.
Spa y gimnasio, ambos muy modernos, se encuentran uno sobre el otro. La sala de fitnes, con vistas a la piscina y solárium, incluye modernos equipos de musculación y varias pantallas de televisión para hacer más ameno el ejercicio. En el spa, destaca el circuito de hidroterapia. Amenizado con una relajante música, el itinerario es: cucha estimulante, caldarium, sauna, ducha de cubo, baño turco, ducha bitérmica secuencial, pediluvio, piscina de hidrojets y zona de relax. Además, quiromasaje, reflexología podal, drenaje linfático o depilación son otros tratamientos posibles en las tres cabinas de belleza.