El edificio de cinco plantas del San Juan Park fue construido en 1970 y es bastante sencillo. La recepción, ya que no se puede hablar de vestíbulo en sí, es bastante oscura, de paredes blancas, embaldosado oscuro, composiciones florales secas como decoración, sillones bordados que datan de la Primera Guerra Mundial, etc. Sin embargo, tiene un cierto encanto que se ve reforzado por el trato auténticamente real del personal. Al lado hay un saloncito, "decorado" de la misma manera, que hace las funciones de bar, sala de televisión y sala de juegos gracias al gran billar. En la última planta se ha instalado una terraza/solárium con piscina y unas bonitas vistas de los tejados de la ciudad. Aunque también hay vistas a los balcones de enfrente, y es que no se puede tener todo en la vida. Los niños disponen de su propia piscina para chapotear mientras que sus padres toman el sol sobre las tumbonas. Cuidado con quemarse ya que no hay sombrillas. El bar de la piscina solamente abre en verano.