Nos han seducido el encanto y la elegancia de las habitaciones, magníficamente decoradas. Parqué de teca, paredes blancas y mobiliario de madera de teca (escritorio, mueble para dejar las maletas...). Te sentirás a gusto en sus habitaciones de 24 m² en las que reina el confort. Todas disponen de conexión a Internet wifi gratuita, aire acondicionado individual, televisión grande de pantalla plana con canales internacionales, linterna, servicio de habitaciones disponible las 24 horas del día, una cesta de fruta, tetera y cafetera, minibar y una caja fuerte gratuita con código digital lo suficientemente grande para guardar un ordenador portátil. Las dos camas están adornadas con pétalos y globos de colores. Una terraza equipada con un sofá y una mesa baja ofrece unas vistas preciosas al jardín florido y a la piscina con cascada. El cuarto de baño de teca está muy bien decorado con varias plantas. Tiene una bañera con ducha flexible y tropical y dos asideros, decorada con pétalos de flores, wc, un espejo de aumento, un kit de afeitado y para lavarse los dientes, albornoces, chancletas, secador de pelo de pared, una caja de pañuelos y varios productos de tocador muy bien presentados (bastoncillos, jabón, gel, champú...). Cinco habitaciones tienen una ducha tropical exterior colocada sobre un suelo de piedras y un pequeño banco.

El hotel by the Red Canal es, desde 2006, un hotelito boutique de 26 habitaciones repartidas en un edificio de dos plantas que recuerda a un templo. Está situado en un agradable jardín que alberga una pequeña piscina en forma de media luna. Esta mide 1,30 m de profundidad y está rodeada de sombrillas y tumbonas de teca con colchoneta. Está abierta de 6 a 22 h. Justo al lado de la piscina han colocado un elefante pequeño de piedra. El lugar es muy tranquilo y no falta nada, han pensado en todo. Aquí los clientes disponen de duchas y toallas gratuitas. La luz está demasiado tenue. Ciertamente, la madera de teca está omnipresente. En cualquier caso, el olor es muy agradable. En la primera planta encontramos el Canopy Bar con sus aperitivos gratuitos y su terraza con vistas a la piscina. Se accede por una escalera de madera. La decoración es bonita, especialmente el arpa tradicional que tienen colgada en la pared. En la segunda planta encontramos el spa -o más bien las dos cabinas de masaje-, un gimnasio abierto las 24 horas del día, una biblioteca y un centro de negocios con cuatro ordenadores, una impresora y conexión gratuita a Internet.

Las especialidades indias preparadas por el chef indio en el restaurante a la carta harán las delicias de más de uno. Los clientes con otro tipo de gustos pueden estar tranquilos porque la oferta es amplia. También preparan recetas birmanas, chinas y europeas. Las comidas se sirven en un edificio anexo de dos plantas con capacidad para unos 60 comensales. Las verduras proceden del huerto. Aquí también está omnipresente la madera de teca. El desayuno se sirve de 6 a 10 h; después, el horario de comidas es ininterrumpido hasta las 22 h. El zumo de papaya y las samosas son excelentes. La carta de vinos incluye vinos italianos, argentinos, australianos, franceses, españoles, chilenos y de Birmania. El bar abre de 6 a 22 h.

Todo el hotel dispone de conexión a Internet inalámbrica gratuita, incluidas las habitaciones. Los cuatro ordenadores del vestíbulo están a disposición gratuita de los clientes. También cuenta con un pequeño gimnasio abierto las 24 horas del día. El aparcamiento del hotel es gratuito. Los extranjeros no pueden alquilar coches, pero no está de más saberlo para los que hayan contratado los servicios de un chófer. Hay diez habitaciones adaptadas para las personas de movilidad reducida. Por las noches, junto a la piscina se organiza una velada de cóctel acompañada con música del arpa tradicional. Por último, el Canopy Bar situado en la primera planta prepara café, el té tradicional de Birmania, fruta, galletas, arroz y tofu. Hay que destacar que no hay habitaciones de fumadores.