Las habitaciones (575 en total) resultan decepcionantes comparadas con el ambiente general del hotel. La decoración está menos trabajada y es menos detallista. El ambiente de la Nueva York de los años 30 se percibe mucho menos en las habitaciones. El conjunto resulta un poco "cheap" y falto de personalidad. Una manzana por aquí intenta recordar el tema de la Big Apple, una foto enmarcada de un rascacielos por allá evoca sin demasiada convicción la Nueva York de los años 30, lámparas en forma de building sugieren la fastuosa época de la arquitectura americana y del Empire State Building. Pero de forma nada convincente. Además, las colchas azules con cabezas de Mickey desentonan un poco. Las habitaciones son un poco pequeñas para 4 personas. Resulta poco amplia para una familia. Los cuartos de baño también son modestos, pero tienen bañera. La decoración es sencilla y sobria.

Al igual que los otros hoteles del parque Disneyland París, el hotel Disney New York abrió sus puertas en 1992. Seguramente ya te habrás dado cuenta de que el tema del hotel es la ciudad de Nueva York. Disney decidió recrear la Nueva York de los años 20-30. Ambiente retro y chic en este hotel. La decoración es más sobria y hay menor temática Disney. Desde el exterior se puede apreciar la sobriedad de los lugares: edificios en tonos ocre, beis y gris, que recuerdan a los buildings neoyorquinos. En la entrada hay un típico taxi amarillo neoyorquino que da el tono del hotel. Una vez en el interior, y en homenaje a la Big Apple, nos encontramos con manzanas por todas partes que invaden la recepción. En los pasillos, los aficionados al béisbol descubrirán con placer los escudos de distintos equipos como el de los Yankees. Los ascensores recuerdan a los del Empire State Building. Este hotel rinde homenaje a esta gran época de la arquitectura neoyorquina con los primeros rascacielos de los años 30, cuando el art decó estaba en su apogeo. Como en todos los hoteles Disney, hay una sala de videojuegos y un rincón de juegos para niños (un poco pequeño en este hotel). Sin embargo, el espacio de la piscina es verdaderamente agradable. Unas grandes cristaleras iluminan la habitación y dan a la piscina exterior. El conjunto arquitectónico recuerda a los años 30. Un enorme ojo de buey ofrece un bonito toque art decó. Y para relajarte totalmente, puedes ir al hammam, a la sauna o al jacuzzi. Los más deportistas podrán optar por la sala de fitness. En invierno hay una pista de patinaje abierta delante del hotel. ¡Casi podríamos creer que estamos en Manhattan!

El hotel New York dispone de dos restaurantes. Mimetización garantizada en el ParkSide Diner, decorado al estilo de los famosos diners estadounidenses. La sala es ovalada para evocar la forma de una caravana o de los vagones-restaurante. Colores pastel, baldosas de cuadros negros y blancos, neones amarillos, banquetas americanas de escay, dibujos en las paredes, mesas americanas de formica, muebles de acero inoxidable... El estilo art decó. En definitiva, la Norteamérica de los años 20-30. La cocina es visible para el cliente. El menú incluye un bufé de especialidades norteamericanas para desayunar, almorzar y cenar. El segundo restaurante del hotel es más soft y jazzy. El Manhattan Restaurant ofrece una atmósfera acogedora con decoración de temática jazz. El desayuno se sirve en forma de bufé, mientras que el almuerzo y la cena son a la carta. Sirven una cocina internacional con acento italiano. La sala redonda ofrece vistas al exterior gracias a las grandes cristaleras. Hay una terraza que te permitirá comer fuera los días soleados. El conjunto resulta sobrio aunque un poco "tristón". El desayuno es idéntico en los dos restaurantes. Para degustar un excelente cóctel, un coñac o un whisky de calidad, dirígete al New York City Bar. Tiene el ambiente cómodo y acogedor de rigor, con un toque misterioso y clandestino. La decoración está inspirada en el tema de los años locos. El sábado por la noche hay programada una animación musical.

Para quienes deseen un servicio VIP, pueden hacerse miembros del Empire State Club. Dispondrás de una recepción privada, y un salón en la planta para desayunar o tomar un tentempié.