En el Dar Anika, como en la mayoría de los riads de la ciudad, cada una de las 11 habitaciones tiene personalidad propia. Entre techo rojo pintado que recuerda el estilo ruso, azulejos locales, lámparas de cuero, cada una se distingue. Una atención agradable de los dueños: en cada alcoba encontrarás una frase de algún escritor o un poema en ingles. Las habitaciones superiores cuentan con mini-bar, caja fuerte y pueden acoger a una tercera persona en una cama suplementaria. La suite con chimenea (se enciende en invierno), una esquina con sillones y una mesita marroquí, luz tenue y un techo redondeado