El sol aprieta fuerte en el Eden Club: después de la entrada, de la que salen varios senderos, llegas a un espacio central, en el que está la piscina. Muy soleada, ésta cuenta con tumbonas y sombrillas. Está rodeada por los edificios donde se encuentran las habitaciones.
Sin lugar a dudas, reina una gran sensación de amplitud, que incluso puede resultar excesiva y pueda parecer que el conjunto está desnudo, como si no hubiera suficientes prestaciones ni elementos decorativos en el exterior. Además, hay animación y música alrededor de la piscina todo el tiempo, excepto en las horas de descanso.
Predomina una atmósfera familiar y cordial: rápidamente se crean relaciones de amistad y no es extraño improvisar una partida de cartas con otros huéspedes.
Una zona infantil con juegos está destinada a las familias. Sobre dicho espacio cabe plantearse dos preguntas: (1): ¿Por qué han escogido un punto tan cerca de la carretera (aunque es cierto que resulta inaccesible gracias al muro que han instalado?; y (2): ¿Por qué no han previsto una zona infantil con más sombra? Cae un sol de justicia tanto en ésta, como en la zona de juegos, en las que no hay ni un rinconcito a la sombra... Está bien lo de ponerse moreno, pero es demasiado para los más pequeños. Por suerte, en las horas centrales del día, organizan actividades en el club infantil. En la planta baja de uno de los inmuebles, tras un escaparate, hay una pequeña habitación coloreada con juegos y mesas. Pueden ir los niños de entre 4 y 12 años, de 10:00 a 12:00 h, de 16:00 a 17:45 h y de 21:00 a 22:00.
En las proximidades también hay varias canchas de tenis, pero parece ser que la falta de sombra es recurrente en el village.
Nos ha gustado la importancia que le dan a lo "familiar". Cabe destacar que el club infantil abre también por la noche (de 21:00 a 22:00 h) y, por lo tanto, los padres pueden dejar a sus retoños con los animadores mientras cenan.