Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
¡Bienvenido al Kivotos! Este hotel, que casi no se ve desde la carretera, es una verdadera joya. Encanto y elegancia son las palabras clave de este establecimiento. Aquí es más frecuente encontrar a parejas en búsqueda de tranquilidad, que a familias numerosas, aunque no tienen problemas en aceptar a los niños.
Kivotos - © I. Lubinetsky/Easyvoyage
Kivotos - © I. Lubinetsky/Easyvoyage
El Kivotos está situado al sur de la ciudad de Mykonos, en Ornos, a unos 4 km. El aeropuerto está a la misma distancia. No tardarás más de 15 minutos en llegar a ambos lugares saliendo del hotel.
Las 40 habitaciones del hotel (entre las que se incluyen los chalés con piscina privada) están repartidas en pequeños edificios de un piso, con una arquitectura puramente cicládica: fachadas blancas con postigos a veces azules, a veces amarillos. Se llega a las habitaciones a través de unos callejones construidos a modo de los que se pueden encontrar en el centro de la ciudad de Mykonos. Todas las habitaciones estándar disponen de vistas al jardín; tendrás que pedir una habitación superior para tener vistas a la bahía. Los colores pastel del dormitorio se reflejan en los azulejos blancos de la habitación. La cama está protegida por una mosquitera que cuelga del techo. En lo que se refiere al salón, los muebles son de diseño: sillones cuadrados de piel negra con cojines con motivos redondos blancos y negros. Delante, una mesa baja de cristal, además de un tocador de mármol. En cambio, el balcón es demasiado pequeño para cualquier tipo de equipamiento. En lo que se refiere a los equipamientos: caja fuerte, televisor LCD, minibar lleno, línea directa internacional, climatización, así como servicio de habitaciones durante las 24 horas. En lo que se refiere al cuarto de baño, no es demasiado amplio, pero está muy bien decorado con una pileta de cristal. Tienes a tu disposición un secador de pelo, espejo de aumento, albornoces y productos de tocador (incluso encontarás productos de la marca Hermès en las habitaciones superiores).
El Kivotos es un hotel de alto standing con un tamaño a escala humana. El propietario ha querido recrear un ambiente de viaje de otra época que contrasta con la modernidad de su decoración. En la puerta de entrada del hotel hay un gran cactus. Tienes que abrir una pesada puerta azul para introducirte en el patio interior del establecimiento. Un pequeño jardín mediterráneo, con reproducciones de columnas antiguas, nos separan del vestíbulo. Aquí, la decoración moderna y el suelo de mármol blanco animan la recepción. A la derecha, algunos pasos te separan de dos pequeños salones con muebles coloniales que disponen de unas bonitas vistas a la bahía de Ornos. Es aquí que los recién llegados reciben un cóctel de bienvenida. El hotel está construido en tres niveles. La recepción y el restaurante están en el primer nivel. Se accede a las partes inferiores a través de un bonito jardín en el que encontrarás las tres piscinas del hotel: las dos primeras están rodeadas por columnas griegas y separadas por un pequeño puente central; la segunda domina el océano. Hay un bar instalado al mismo nivel del agua. Sombrillas y tumbonas de madera blanca están disponibles en el solárium.
El restaurante principal está situado encima de la recepción. Parece más un comedor privado que un restaurante de hotel. Sin embargo, el espacio no es demasiado grande. La decoración mezcla siempre lo antiguo y lo moderno: muebles de madera oscura, por un lado, muebles azul marino, por el otro. Dispone de una terraza exterior en la que hay instaladas algunas mesas, protegidas por una pérgola. Este restaurante hace desayunos y cenas. Funciona en forma de buffet, y propone platos de alta gastronomía. Las comidas se realizan en la piscina, donde podrás degustar la cocina puramente mediterránea.
Aunque resulta difícil hacerlo más pequeño, el Kivotos tiene el mérito, al menos, de disponer de su propia playa. Sin embargo, para ser sinceros, tendríamos que hablar de cala. Hay algunos granos de arena repartidos por esta plataforma pavimentada en la se han instalado algunas tumbonas. Justo al lado hay una pequeña cala natural, pero las algas se han instalado allí. El agua es clara, pero es preferible bañarse con sandalias para evitar dañarte los pies. El lugar es muy tranquilo y hay poco viento, ya que está protegido por la bahía de Ornos.
Construido en 1996, el Kivotos pertenece a la cadena "The Leading Small Hotels of the World", una garantía de calidad. Abre en la temporada de verano, es decir, de mayo a octubre.
En verano de 2007, se acabó la construcción de un chalé independiente.
masaje, salón de belleza, sauna, hammam, puesta en forma, EPA, baño turco
tenis, esquí náutico, gimnasia, aerobic, Voley playa, patinete, squash, fitness, deportes
El Kamari es un pequeño hotel situado cerca de la playa de Platys Gialos. Varias cualidades de las que dispone, hacen de él un hotel confortable: un bonito jardín, habitaciones amplias y, sobre todo, una atmosfera distendida y tranquila. En Mykonos es difícil encontrar hoteles con instalaciones para los más pequeños, como sucede en el Kamari. Aquí hay una clientela familiar, recomendada para los más pequeños. Un oasis de tranquilidad y de frescura en un entorno algo árido.
Este hotel dispone de una treintena de habitaciones-bungalows y se sitúa a orillas del mar y a poca distancia del ajetreo de la ciudad de Mykonos. Lugar agradable principalmente por su situación y la amplia piscina situada frente al mar.
El Mykonos Beach pertenece al mismo grupo que el Mykonos Bay, situado más abajo. Este establecimiento, de ambiente familiar y situado en un entorno menos prestigioso, cuenta con cuarenta habitaciones. Los clientes pueden usar algunos servicios del Mykonos Bay.
El Santa Marina Resort and Villas, miembro de la cadena hotelera Starwood, abrió sus puertas en 1986. El establecimiento rejuveneció después de la renovación de 2005. La moderna decoración de las partes comunes lo atestiguan. Además, no hay muchos hoteles en Mykonos que cuenten con espacios para los niños, algo que sí sucede en el Santa Marina. Un sitio recomendable para las familias. Abre para la temporada de verano, es decir, de abril a octubre.
El Apollonia Resort representa una excelente sorpresa para el que lo visita. Destinado principalmente a las parejas, este pequeño hotel construido en 1997 ofrece todos los servicios de un gran hotel. Su encanto natural se lo debe a una bonita decoración salpicada de flores de lis. No obstante, los amantes del deporte únicamente dispondrán de una pequeña sala de fitness.
Construido en 2004, el Saint John no parece tener la edad que tiene. Aunque la decoración no sea del gusto de todos, sus instalaciones están en perfectas condiciones. Posee amplias zonas comunes consagradas al descanso, aunque no propone ningún tipo de animación. ¡Es el paraíso del descanso! La clientela es principalmente europea, siendo mayoría los italianos y los griegos, y en el hotel se alojan tanto familias como parejas. El Saint John es un establecimiento de calidad que, pese a ello, tiene menos encanto que los demás hoteles de Mykonos.
Es difícil no sucumbir a los encantos del Dorion... Este hotelito sin pretensiones cuenta con unas infraestructuras limitadas, pero el conjunto es ideal para pasar unas vacaciones de relax. Su ubicación en los altos de la población de Ornos te permite gozar de una magnífica vista sobre la bahía con el mismo nombre. El Dorion cuenta únicamente con una sala de desayunos, pero cerca hay varios restaurantes. Sus huéspedes son básicamente europeos y, en la mayoría de casos, son clientes habituales.
Abierto durante la temporada estival, no hay mejor hotel que el Mykonos Ammos para alojarse junto a la playa de Ornos. Este pequeño hotel de playa ofrece un confort sencillo y solo cuenta con un restaurante y una piscina. Su arquitectura, construida en el estilo tradicional de las Cícladas, se funde perfectamente con la decoración. Pero, eso sí, no desprende mucho encanto, a pesar de los esfuerzos de decoración de la recepción.
El Myconian Ambassador, miembro del famoso sello Relais & Chateaux, a primera vista tiene una buena tarjeta de visita, que se confirma a medida que se recorren las instalaciones del hotel. Un servicio de calidad en un marco encantador. Su posición en alto le ofrece unas vistas maravillosas sobre el mar Egeo, pero tiene el punto negativo de que no está a pie de playa. Aunque puedes estar tranquilo, la de Platis Gialos está a unos pasos. Ideal para las parejas, aunque las familias también son bien recibidas.
El Santa Marina Resort and Villas, miembro de la cadena hotelera Starwood, abrió sus puertas en 1986. El establecimiento rejuveneció después de la renovación de 2005. La moderna decoración de las partes comunes lo atestiguan. Además, no hay muchos hoteles en Mykonos que cuenten con espacios para los niños, algo que sí sucede en el Santa Marina. Un sitio recomendable para las familias. Abre para la temporada de verano, es decir, de abril a octubre.
Bonito hotel con más de 80 habitaciones situado al final de la playa de Platys Gialos, al sur de Mykonos. Este hotel se considera el florón del conjunto de establecimientos de Petasos por varias razones: las vistas, las instalaciones de categoría superior y sus elegantes habitaciones.
Este lujoso hotel, situado al norte de la ciudad de Mykonos, es sin duda poseedor de la arquitectura y el ambiente más refinados de toda la isla. Ofrece un entorno y un confort ideal para disfrutar de una estancia romántica en las Cícladas.
El Porto Mykonos es un hotel de 60 habitaciones situado frente al puerto de la principal ciudad de la isla. Seduce por la elegancia de sus instalaciones y la belleza de sus vistas y está más adaptado para clientes jóvenes y festivos que para familias que buscan placeres costeros.
Este hotel boutique de Agios Stefanos es una auténtica maravilla. ¡Los enamorados no pueden pasar una mala estancia aquí! El Grace Mykonos y su atmósfera agradable lo tienen todo para gustar. Su arquitectura típica de las Cicladas desprende un encanto loco y su equipo amable y distendido es más que agradable. Abierto desde 2007, su decoración moderna combina perfectamente con sus infraestructuras. Los equipamientos son limitados pero todo ello da muestras de calidad.
El Semeli, a caballo entre la tradición y la modernidad, ha sabido decorar sus infraestructuras de una manera elegante y armoniosa que mezcla lo nuevo con lo antiguo. El hotel, con una arquitectura típica de las Cícladas, tiene mucho encanto y unas instalaciones de calidad. El establecimiento permanece abierto durante todo el año, algo poco habitual para los hoteles de la isla. Un lugar muy agradable para venir en verano y disfrutar de la piscina o en invierno para entrar en calor cerca de la chimenea del salón.
Aunque está bastante retirado hacia el interior, el Andronikos es frecuentado tanto por turistas griegos como por turistas extranjeros. Permanece abierto durante la temporada estival, entre abril y octubre. Cuenta con diferentes servicios y un entorno que está a la altura de su categoría oficial. En él se alojan más parejas que familias.