Las 35 habitaciones del establecimiento se dividen en dos categorías: estándar y junior suite. El acceso a la partes comunes es agradable, los pasillos son anchos, en cambio las escaleras son algo tristes y abandonadas. Es una lástima que las habitaciones no tengan una decoración tan moderna como en el vestíbulo. Se sigue la línea de la hostelería tradicional que apuesta por lo seguro. Tarima flotante en el suelo, mobiliario antiguo, decoración sobria, afortunadamente dos puertas-ventanas iluminan la habitación, las cortinas y la colcha roja aportan algo de alegría y glamour. En cuanto a prestaciones: climatización individual, minibar lleno, etc. Todos los cuartos de baño son de mármol, la mayoría con ducha. Algunas habitaciones tienen WC separado y dos habitaciones están preparadas para personas de movilidad reducida.