El hotel cuenta con 290 habitaciones de las que 60 están equipadas con televisión (con suplemento). Estas últimas se encuentran en la parte más reciente del establecimiento. La decoración, sencilla y de líneas netas, da impresión de espacio gracias a las paredes y los suelos blancos. El mobiliario es de madera lacada. En las habitaciones más antiguas, los frisos de cerámica tunecina recorren las paredes y los muebles son de madera con detalles de mimbre. La mayor parte de las habitaciones disponen de un balcón con mesa y sillas de plástico. En cuanto a las vistas, las habitaciones dan a los jardines y a la piscina o a la parte trasera del edificio, salvo 25 de ellas, que dan al mar. Hay aire acondicionado por todas partes. El teléfono pasa por centralita las 24 horas del día. El uso del frigorífico es de pago, al igual que el de la caja fuerte. Los cuartos de baño están equipados con una bañera.

El Prince, que data de 1986 y que fue renovado en 2000, se instala en un edificio en forma de T al que se le añade un ala paralela frente al mar. Su vestíbulo, decorado con una fuente de mármol y suspensiones de hierro forjado, dispone de varios salones confortables. En el exterior, se extiende una piscina bastante grande para nadar y chapotear. Dispone de un espacio reservado para los niños y se prolonga en una estructura destinada a las actividades de animación. Cabe destacar el césped que va desde la piscina hasta la playa. Estas zonas, plantadas de árboles mediterráneos como palmeras y olivos, están protegidas del sol por sombrillas de paja y de tela. El uso de las tumbonas de la piscina es de pago, contrariamente a las de la playa, de libre acceso. No te olvides la toalla cuando vayas a la playa. Asimismo, el hotel dispone de una piscina interior, abierta todo el año, que da a una terraza que domina el mar.

El Prince dispone de un restaurante tipo bufé que abre por la mañana y por la noche y de una cafetería en la que se puede comer a la carta a mediodía. En la agradable decoración predominan los tejidos de color rojo que aportan un ambiente acogedor. La cocina, de inspiración mediterránea, ofrece pizzas, pasta, carne y pescado a la plancha. Una vez a la semana hay una noche tunecina, con platos típicos. Por la mañana, el bufé permite empezar bien la jornada con su selección de cereales, huevos duros, panecillos y bollería. Sin embargo, no hay zumo de frutas.

La playa, relativamente espaciosa, se extiende a lo largo de 200 m. Allí podrás broncearte tranquilamente frente al mar de aguas turquesa, en las tumbonas de plástico colocadas bajo las sombrillas de paja. A la hora del baño, no te olvides llevar sandalias de plástico, hay algunas rocas en el agua. El Prince no dispone de club náutico, pero cerca (previo pago) podrás practicar windsurf, vela, hidropedales, esquí náutico, moto acuática y plátano acuático.

Le Prince está recomendado para pasar unas vacaciones activas a la par que relajantes, a unos minutos a pie del centro de Nabeul. Los amantes del ambiente local no deben perderse el mercado del viernes por la mañana. Esta feria alimentaria y artesanal instalada en la antigua plaza del mercado de camellos, permite descubrir los numerosos productos de la región impregnándose al mismo tiempo del modo de vida tunecino.
Los amantes de los tratamientos estéticos y relajantes no deberían perderse el pequeño centro de acondicionamiento físico del hotel. Allí podrás disfrutar de tratamientos a la carta como masajes, envolturas con algas, drenaje linfático y crioterapia, así como curas adelgazantes, tonificantes o antiestrés.