Desde la Vía Costeira este edificio rojo y amarillo en forma de pirámide se distingue enseguida. Inaugurado en 1999, este hotel de cinco estrellas fue renovado en el 2009. Su imponente hall de entrada con su techo alto, sus grandes ventanales con cortinas blancas y azules, sus sillones de diseño con formas redondeadas dan el tono de lo que vas a encontrar aquí: un hotel moderno y agradable. Algunas plantas y otros detalles como unos grandes jarrones completan la decoración. En este mismo sitio, un ordenador brinda informaciones de interés turístico. Si atraviesas el hall, después de los sillones de mimbre y de cuero, llegas a una terraza que mira el mar, la bahía de Ponta Negra, las piscinas y el jardincito. En la misma planta baja, el Pestana alberga una galería de arte que acoge a lo largo del año distintas exposiciones de artistas locales.
Para los niños, el Pestana ofrece la posibilidad de disfrutar del club a partir de los 5 años. Juegos, dibujos y teatro son algunas de las actividades propuestas en una pieza con paredes amarillas decoradas con personajes de ciencia ficción. Junto a la sala, una zona de juegos al aire libre comprende hamacas y toboganes.
El entorno de la piscina, rodeada de un gran jardín y con vistas al mar, resulta agradable y atractivo. Las sombrillas de paja se integran perfectamente al paisaje. Además de un campo de vóley, en esta mima planta, el Spa, abierto de 10 a 21h propone masajes a partir de las 14h con productos de la marca del sur de Francia, l'Occitane. Se creó un ambiente apto al descanso en las cabinas gracias a su techo de madera y su luz tenue. Una piscina con hidromasaje mira el mar. En cuanto al gimnasio, cuenta con varias máquinas (una cinta para correr, bicicletas, máquinas para ejercitar los diferentes músculos) y quizás hubiera merecido ser un poco más amplio. Por último, el Pestana también tiene una peluquería y cabinas para cuidados estéticos.