El hotel Windsor dispone de 57 habitaciones que representan universos diferentes. Antes de su distribución por categorías, las habitaciones están divididas entre las habitaciones de artistas, las habitaciones con frescos y las habitaciones con póster.
Las habitaciones de artistas son una invitación al universo de un artista contemporáneo. Cada una de estas habitaciones fue enteramente decorada por un artista diferente con carta blanca para realizar su creación. Sirviéndose de volúmenes, colores, materiales y formas, cada artista pudo dejar el camino libre a su imaginación para entregar a los huéspedes un espacio que refleja su trabajo.
La habitación decorada por Ben, por ejemplo, está recubierta desde el suelo hasta el techo por frases famosas del artista, a modo de grafitis multicolores. La habitación de François Morellet es de un blanco inmaculado. Solo un «rayo de sol», una línea recta amarilla, recorre la habitación desde la puerta de entrada hasta el cuarto de baño para aparecer de nuevo en las paredes, en el suelo (donde cambia de color), en los espejos...
Está claro que cada habitación es una experiencia única. A algunos les gustará el estilo de una y no el de otra.
Las habitaciones con frescos son más románticas. En cualquier caso, la apuesta por la decoración es menos marcada que en las habitaciones de artistas. Su particularidad es que, en la pared en la que reposa el cabecero de la cama, todas tienen un fresco realizado por Antoine Baudouin. Pueden ser paisajes de Egipto con sus pirámides y su esfinge, paisajes oníricos con narvales y cúmulos de nubes, jungla con aves del paraíso y leopardos o palacios de marajás? Cada una de las obras es una invitación al viaje con dibujo naif y colores pastel. Aparte de estos frescos, el resto de la habitación de esta categoría es de una sobriedad sin igual a no ser por su lado clásico y cálido con sus sillones de mimbre y su parqué de madera de color claro.
Las habitaciones con pósters, poco numerosas, están a la espera de ser decoradas por un artista. Son, de alguna manera, habitaciones de artistas en estado de crisálida. Antes de que caigan en las manos y la imaginación de un pintor reconocido y cuidadosamente seleccionado por la propietaria, rinden homenaje a artistas de renombre como Robert Indiana, Niky de Saint Phalle o Martial Raysse por medio de carteles, pósters o cuadros. A pesar de ello, estas habitaciones reciben el mismo cuidado en términos de acondicionamiento y decoración que las habitaciones con fresco. Simplemente, tienen menos «carácter».
Como sucede con la decoración, la arquitectura es propia de cada una. Su superficie va desde escasa, como la habitación Glen Baxter (bastante exigua con una sola cama), a más cómoda, como la habitación con fresco egipcio. En la mayoría de los casos, no son inmensas.
La ocupación del espacio es muy variable y está sometida a las ideas de los artistas. A veces el cuarto de baño está abierto a la habitación, a veces está separado, otras veces el lavabo está en el mismo espacio que la habitación... Lo que es seguro es que, sea cual sea el estilo de la habitación y del cuarto de baño, los materiales están seleccionados con mucha atención y el mobiliario es el resultado de una gran búsqueda.
En cuanto al equipamiento estándar, todas las habitaciones tienen televisión de pantalla plana, minibar, caja fuerte y wifi.
En función de la categoría disponen de ducha (habitación Intimité y Superior con vistas al jardín), bañera (habitación Superior con vistas a la ciudad y Séduction) o bañera de hidromasaje (habitación Privilège sin balcón). Dan al jardín o a la ciudad y algunas disponen de balcón (habitación Privilège).