El Saracen Sands Village se inauguró en 1974 y, desde entonces, nunca se ha sometido a una reforma completa, simplemente se han limitado a realizar unas obras de mantenimiento normales. Aunque el exterior del establecimiento ostente un estilo perfectamente mediterráneo bastante agradable, por desgracia el tiempo ha ido dejando sus huellas. En nuestra opinión, el hotel necesitaría una puesta a punto general. En el gran espacio abierto de la planta baja, más allá del gran mostrador de la recepción, se abre un largo pasillo rodeado de una sucesión de divanes y sillones de mimbre y, al fondo, se ve el único bar que tiene el hotel dentro, que solo abre a las horas de las comidas. Fuera de estos horarios, este sector parece un poco abandonado, como demuestra el cubo en medio de la sala, colocado ahí para recoger el agua que cae del techo. Los espacios son imponentes, y el jardín de la parte trasera, que alberga dos de las cuatro piscinas (una para los adultos y una para los niños) es fresco y relajante, decorado con una exuberante vegetación mediterránea, como pinos, palmeras y flores. Aquí encontrarás el club infantil, un pequeño anfiteatro, un bar y los diferentes terrenos deportivos (tenis, minigolf, voleibol y tiro con arco). La zona situada en la parte delantera del establecimiento, frente al mar, también alberga dos piscinas (una grande y otra menos profunda), así como un bar. Se han repartido varias mesas con sus correspondientes sombrillas sobre el césped, que sustituye, solo en una parcela pequeña, a la vieja moqueta verde que subsiste en numerosos espacios exteriores del hotel.