El alojamiento está repartido entre las habitaciones situadas en el edificio principal u hotel (170) y las que se encuentran en el pueblo situado por detrás (300). Para andar lo menos posible, es mejor alojarse en el edificio principal. Aunque todas las habitaciones disponen de balcón, sólo la mitad tienen vistas al mar. Las otras dan a las colinas por detrás. En cuanto al acondicionamiento y a la decoración, el mobiliario de madera barnizada es sencillo pero las telas de estampado verde y rojo añaden un toque estimulante que nos gusta. Las habitaciones del pueblo disponen de climatización, minibar y teléfono. Las del edificio principal están equipadas también con una radio. De tamaño medio, los cuartos de baño del pueblo disponen de una ducha; las otras te ofrecen ducha o bañera y un secador de pelo.

La construcción del Torre Normanna remonta a 1973; se ha renovado en 1992. Se compone de un edificio principal de tres plantas y de nueve nuevos bloques de dos plantas repartidos en lo alto de una colina, en un parque de 20 hectáreas. Muy sencilla, la recepción es un lugar de paso. Suelo gris y paredes blancas componen una decoración depurada. Hay que subir una pequeña cuesta de unos cien metros para llegar a los espacios de descanso donde están la piscina, el bar y el miniclub. La piscina se extiende sobre 300 m² y está rodeada de un solárium bastante espacioso que domina todo el mar. Acogedor por el césped y las palmeras enanas; está equipado con tumbonas y sombrillas. Es una pena sin embargo que pongan a tope el equipo de música. Si eres amante de la tranquilidad mejor bajas a la playa.

El restaurante principal varía según la fórmula de alojamiento elegida: edificio principal o pueblo. El del pueblo se encuentra en una gran terraza enlosada con un olivo en el centro. Las mesas de plástico están protegidas del sol por persianas. Tienen una capacidad máxima de ocho personas. Perfecto para la convivencia, un poco menos para la intimidad. Las comidas se sirven en forma de bufé. La comida es sencilla pero buena: ensaladas compuestas, carnes y pescados a la parrilla, pastas, verduras al horno, frutas, helados y reposterías de postre. En cuanto al restaurante de la parte hotel, se encuentra en una amplia sala decorada con columnas blancas. Las mesas redondas, rodeadas de sillas en terciopelo, están previstas para ocho personas. Presentadas en forma de mesa de huésped, las comidas ofrecen una selección de dos o tres tipos de entradas y de platos principales.

Aunque hay muchas facilidades, el acceso a la playa es incómodo. Hay que subir en dos ascensores que avalan cada uno una bajada de 80 metros; después pasar bajo la carretera y las vías del tren cogiendo un tunel que desemboca en unas escaleras. Ya estás en la playa. Cala que se extiende sobre unos cien metros. Compuesta por una mezcla de arena y de guijarros grandes que baja en una suave pendiente hacia el mar. Lleva sandalias si tienes los pies frágiles. El agua es clara y el baño agradable. Hay bastantes tumbonas y sombrillas para que descanses holgadamente. En cuanto a los deportes náuticos, puedes hacer libremente vela, windsurf y kayak.

Situado en lo alto del Altavilla Milicia, el Torre Normanna disfruta de unas espléndidas vistas al Mediterráneo pero su playa está un poco alejada. No dudes en ir andando al restaurante o a la piscina desde tu habitación. El complejo se encuentra en un extenso terreno y en pendiente. A pesar de eso, el Torre Normanna posee infraestructuras variadas perfectas para familias y grupos de amigos. El hotel está también bien situado para descubrir el paisaje de la costa norte. Hay un autobús a Palermo una vez al día y a San Nicola cinco veces. Desde aquí, puedes coger el tren hasta Cefalu.