Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
Un extenso terreno no muy lejos del aeropuerto de Faaa, equipado con numerosas instalaciones, un alto nivel de vida y una comida excelente: el Intercontinental es unos de los valores seguros de Tahití. Es una lástima que a la decoración le falte originalidad, sobre todo en las habitaciones, y que los precios de la comida sean tan elevados.
Intercontinental Resort Tahiti - © Carlos Rodrigues / EASYVOYAGE
Intercontinental Resort Tahiti - © Carlos Rodrigues / EASYVOYAGE
El hotel se encuentra a 3 km del aeropuerto (alrededor de 10 min) y a 8,5 km de Papeete (20-30 min).
No hay sorpresas negativas en lo referente a las habitaciones: todas las comodidades que se esperan de un hotel de gran categoría están al servicio del cliente. incluso características adicionales como la conexión a Internet (ADSL de banda ancha), plancha y numerosos productos de baño. La decoración resulta agradable y en un estilo local (cestería y bambú), pero carece de personalidad. Las dimensiones son grandes en las tres categorías (laguna, panorámica y sobre el agua): entre 30 y 40 m² de superficie. Sin duda, el no va más del hotel son sus bungalows sobre pilotes (en el agua), equipados con una terraza con pontón privado para acceder directamente a la laguna.
El Intercontinental es, gracias a sus 13 hectáreas de jardín verde, su excelente nivel de vida y sus magníficas vistas a la isla de Moorea, uno de los hoteles de referencia en Tahití. El establecimiento cuenta con un total de 263 alojamientos repartidos de la siguiente manera: 170 habitaciones completamente renovadas con vistas a la laguna y al jardín; 60 habitaciones con vistas panorámicas (entre ellas la suite presidencial); 32 bungalows sobre pilotes; una suite presidencial. Las dos agradables piscinas desbordantes permiten admirar la isla gemela de Moorea situada justo enfrente, a 18 km. La estructura general está algo pasada de moda (varios bloques de edificios de tres plantas frente al mar y dos hileras de bungalows sobre pilotes), pero el mantenimiento y la limpieza son irreprochables. Cabe destacar el trato y el ambiente distendido. Se echa en falta la ausencia de instalaciones deportivas terrestres, aunque este inconveniente se solucionará con la próxima construcción de un gimnasio y un spa.
El Intercontinental cuenta con dos restaurantes: el Lotus y el Tiaré. El primero abre durante el mediodía y por la noche, ocupa dos bonitos bungalows sobre pilotes y ofrece unas magníficas vistas sobre la laguna y el océano. La cocina que se oferta a la carta es de excelente calidad, elaborada minuciosamente por un cocinero que se formó en un restaurante con tres estrellas Michelín (Marc Eberlin).
El Tiaré, situado junto al edificio en el que se encuentra la recepción, propone por su parte una cocina en forma de bufé o de menús a la carta. También se sirven desayunos. Ofrece, junto a la piscina principal, un marco agradable en varios niveles. Cabe destacar el horario de apertura ininterrumpida (06:00 a 22:00) y los "bufés espectáculos" que se sirven los miércoles, viernes y sábados (la actuación del grupo Grands Ballets sólo está programada los viernes y sábados).
La playa resulta decepcionante para los amantes de la arena fina. En realidad, no existe una playa como tal en los terrenos del hotel, sino pequeñas superficies de arena artificial a lo largo de las dos piscinas del complejo y bordeando una preciosa laguna artificial acondicionada junto a los bungalows sobre pilotes. Eso sí, uno se puede bañar entre peces de colores y rayas (fáciles de acariciar). También disponen de las tumbonas y sombrillas habituales, mientras que las toallas se suministran gratuitamente. El hotel cuenta asimismo con un club náutico muy bien equipado.
El hotel cuenta con un centro de fitness y, desde marzo de 2007, con un spa.
El Intercontinental dispone de uno de los terrenos hoteleros más extensos de la isla, de alrededor de 13 hectáreas. Las infraestructuras deportivas no son muy variadas, pero a cambio ofrece un recorrido de "salud" personalizado de 1,5 km (y algunos más adicionales).
Dos veces por semana, el hotel programa actuaciones en exclusiva de "Les Grands Ballets de Tahiti", el mejor grupo de folclore del archipiélago (un espectáculo que atrae a muchas personas).
El hotel pone a disposición de su clientela tres lavanderías provistas de lavadoras y secadoras (servicio gratuito).
sauna, hammam, EPA, baño turco
tenis, esquí náutico, aquagim, golf, chorro esquí, Kayak, fitness
Anonyme.
Incroyable vue et détente, près de l'aéroport et de la ville, cet hôtel est parfait mais surtout la vue est extra et les activités sont super !
Tout est merveilleux ainsi que la nourriture
rien tout a été extra et merveilleux
Anonyme.
Très bon hôtel... ni trop grand ni trop petit. En bord de mer.
Bien situé. A 5 minutes de l'aéroport.
Pas de plage naturel
Anonyme.
MAGNIFIQUE HOTEL RIEN A REDIRE TRES PROPRE ET TRES AGREABLE
CALME ET REPOS ASSURE
PAS PRATIQUE POUR LES ENFANTS CAR BEAUCOUP DE COUPLE ET DE PERSONNE AGEE QUI SONT LA POUR SE REPOSE DONC LES ENFANTS DOIVENT ETRE CALME
Anonyme.
Magnifique hôtel offrant une vue imprenable sur l'île de Mooréa où les bleus se confondent avec harmonie.
très grand hôtel spacieux, vue à couper le souffle, piscine et jacuzzi extérieure. Le restaurant propose une carte de spécialités locales délicieuses mélangeant volontiers le sucré et le salé.
à vrai dire, il n'y en a pas beaucoup. il serait difficile de ne pas apprécier cet hôtel.
El Meridien, situado al suroeste de Papeete, es el hotel más alejado de la ciudad. Ofrece un marco magnífico, una de las piscinas más grandes con fondo de arena del Pacífico, una preciosa laguna y un restaurante para gastrónomos. Las habitaciones son espaciosas y están bien equipadas, aunque les falta ser más acogedoras.
El Radisson, de reciente construcción, ofrece un marco y un nivel de vida de gran calidad, digno de un hotel perteneciente a una importante cadena internacional. Una decoración cuidada, un spa y una sala de fitness, una ubicación original junto a una playa de arena volcánica al este de Papeete: las ventajas que ofrece el Radisson Tahiti son numerosas.
Un establecimiento mitad hotel, mitad pensión familiar. La decoración, que parece no haber salido de los años 60, satisfará a los amantes de esta época. Situado en las afueras de la parte este de Papeete, junto a una playa de arena negra con poco encanto, el Royal Tahitien ofrece sin embargo un marco agradable, alojamiento bien conservado y un restaurante con encanto.
Un hotel de gran nivel internacional que funciona como tal, nada de sorpresas negativas: las instalaciones que podemos encontrar son impecables. El Sheraton Tahiti no cuenta con la mejor ubicación junto al mar, pero sí que tiene la ventaja de estar cerca del aeropuerto y poder ofrecer así una parada práctica con gran comodidad a los turistas de paso.
El Sofitel Maeva Beach no resulta atractivo a primera vista debido a su enorme estructura, característica de los años 70, y a una ubicación demasiado cercana a la carretera. Sin embargo, la decoración interior resulta agradable y bien cuidada, sobre todo en las habitaciones. Se trata asimismo de un espacio acogedor con restaurante y piscina junto a la playa. Otra de sus ventajas es la comida, sabrosa y relativamente económica.
El Tiare Tahiti Noa Noa, situado en la ciudad de Papeete, es un hotelito de ambiente distendido perfecto para hacer una escala en Tahití o para descubrir la capital polinesia a pie desde tu habitación. El mercado de artesanía y el puerto están cerca. Una buena elección para vivir el ambiente de la ciudad, tanto de día como de noche, gracias a las famosas "roulottes" que por las tardes se instalan frente al mar.
Totalmente nuevo y muy bonito, es un hotel de diseño enfrente del mar; cerca del aeropuerto y de la ciudad de Papeete; a pocas paradas de autobús del centro comercial para ir de compras, pero también para abastecerse de ciertas cosas que son más baratas que en la ciudad como la crema solar, el material de inmersión libre o la ropa de deporte. Las suites del Manava disponen de una cocinita, algo a tener en cuenta para reducir gastos en Tahití, y recomendadas sobre todo para las familias y los grupos de amigos. Aunque las parejas también lo apreciarán.
El Radisson, de reciente construcción, ofrece un marco y un nivel de vida de gran calidad, digno de un hotel perteneciente a una importante cadena internacional. Una decoración cuidada, un spa y una sala de fitness, una ubicación original junto a una playa de arena volcánica al este de Papeete: las ventajas que ofrece el Radisson Tahiti son numerosas.
Totalmente nuevo y muy bonito, es un hotel de diseño enfrente del mar; cerca del aeropuerto y de la ciudad de Papeete; a pocas paradas de autobús del centro comercial para ir de compras, pero también para abastecerse de ciertas cosas que son más baratas que en la ciudad como la crema solar, el material de inmersión libre o la ropa de deporte. Las suites del Manava disponen de una cocinita, algo a tener en cuenta para reducir gastos en Tahití, y recomendadas sobre todo para las familias y los grupos de amigos. Aunque las parejas también lo apreciarán.
El Sofitel Maeva Beach no resulta atractivo a primera vista debido a su enorme estructura, característica de los años 70, y a una ubicación demasiado cercana a la carretera. Sin embargo, la decoración interior resulta agradable y bien cuidada, sobre todo en las habitaciones. Se trata asimismo de un espacio acogedor con restaurante y piscina junto a la playa. Otra de sus ventajas es la comida, sabrosa y relativamente económica.
El Meridien, situado al suroeste de Papeete, es el hotel más alejado de la ciudad. Ofrece un marco magnífico, una de las piscinas más grandes con fondo de arena del Pacífico, una preciosa laguna y un restaurante para gastrónomos. Las habitaciones son espaciosas y están bien equipadas, aunque les falta ser más acogedoras.
Un hotel de gran nivel internacional que funciona como tal, nada de sorpresas negativas: las instalaciones que podemos encontrar son impecables. El Sheraton Tahiti no cuenta con la mejor ubicación junto al mar, pero sí que tiene la ventaja de estar cerca del aeropuerto y poder ofrecer así una parada práctica con gran comodidad a los turistas de paso.
Un establecimiento mitad hotel, mitad pensión familiar. La decoración, que parece no haber salido de los años 60, satisfará a los amantes de esta época. Situado en las afueras de la parte este de Papeete, junto a una playa de arena negra con poco encanto, el Royal Tahitien ofrece sin embargo un marco agradable, alojamiento bien conservado y un restaurante con encanto.
El Tiare Tahiti Noa Noa, situado en la ciudad de Papeete, es un hotelito de ambiente distendido perfecto para hacer una escala en Tahití o para descubrir la capital polinesia a pie desde tu habitación. El mercado de artesanía y el puerto están cerca. Una buena elección para vivir el ambiente de la ciudad, tanto de día como de noche, gracias a las famosas "roulottes" que por las tardes se instalan frente al mar.