Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
El Radisson, de reciente construcción, ofrece un marco y un nivel de vida de gran calidad, digno de un hotel perteneciente a una importante cadena internacional. Una decoración cuidada, un spa y una sala de fitness, una ubicación original junto a una playa de arena volcánica al este de Papeete: las ventajas que ofrece el Radisson Tahiti son numerosas.
Radisson Plaza Resort Tahiti - © Carlos Rodrigues / EASYVOYAGE
Radisson Plaza Resort Tahiti - © Carlos Rodrigues / EASYVOYAGE
El hotel se encuentra a 10 km del aeropuerto (alrededor de 20 min) y a 13 km de Papeete (unos 30 min).
Las 157 habitaciones dan al océano y son uno de los puntos fuertes del hotel. Decoración elegante, comodidades irreprochables y una terraza para disfrutar de las vistas: el confort es digno de un hotel 5 estrellas. Las habitaciones están decoradas a base de madera y colores cálidos. El mobiliario es de estilo moderno y depurado. Los baños merecen una mención especial: provistos de doble lavabo, persianas y abundantes productos de baño. En total existen cuatro tipos de alojamiento: estándar, jacuzzi, suite y duplex. Todos incluyen un balcón o una terraza con muebles de jardín.
El Radisson, construido en 2004, es el hotel de gran nivel internacional más reciente de Tahití. Es también el único situado en la parte oriental de la isla, a 10 km de la capital. Está formado por varios bloques de edificios de cuatro o cinco plantas, construidos sobre el abrupto relieve del litoral, junto a una playa de arena volcánica. El entorno es llamativo, con un aspecto salvaje característico de la parte oriental de la isla, a pesar incluso de la presencia cercana de la carretera principal. las zonas comunes están decoradas con gusto, en estilo local y asiático, y están abiertas de par en par al exterior Al igual que la mayoría de los establecimientos de Tahití, este hotel cuenta con una oferta de infraestructuras deportivas terrestres algo limitada, entre ellas una sala de musculación en la tercera planta del edificio principal.
Si bien el Iti Mahana ("puesta de sol" en polinesio) es el único restaurante del hotel, está dividido en varios espacios con decoraciones diferentes. El Iti Mahana, situado junto a la piscina y a un paso de la playa, ofrece un ambiente muy agradable y una comida de excelente calidad, en forma de bufé o a la carta. El personal es muy profesional, eficaz y sonriente, lo cual siempre ayuda. El Radisson cuenta asimismo con un coqueto bar con terraza situado en un nivel superior, ideal para degustar un aperitivo por la tarde o durante la puesta de sol con vistas panorámicas de Moorea.
La playa resulta decepcionante, sobre todo para los amantes de la arena clara: está cubierta de arena volcánica negra. Aún así, el marco sigue siendo bonito, con promontorio rocoso cubierto de abundante vegetación y unas preciosas vistas a Moorea. A la playa se accede fácilmente desde la piscina. Sus dimensiones son considerables: una pequeña bahía de 900 metros en la que darse un baño no presenta ningún peligro. No dispone de tumbonas en la arena (muy fina), pero podemos encontrar varias alrededor de la piscina. Es posible practicar diferentes actividades acuáticas (submarinismo, buceo, windsurf, entre otras).
El Radisson es uno de los pocos hoteles de Tahití que incorpora un verdadero spa. En él, se organizan clases de yoga (tres veces a la semana) y de aquagym (cinco veces a la semana), así como musculación y stretching en la sala de fitness.
Si vas a realizar una estancia de varios días, no olvides visitar el Beach House, un coqueto restaurante junto al hotel que ofrece un original ambiente "con los pies en el agua".
Hay que tener en cuenta que el Radisson no da directamente a una laguna, sino al mar (sin barrera de coral).
El hotel dispone de 51 habitaciones Deluxe, 34 habitaciones con jacuzzi y 72 suites. Cualquier sean sus categorias, todas las habitaciones gozan de una vista directa al mar. Admeás podrás aprovechar de forma gratuita : una conexión internet (wifi) en las partes publicas del hotel, un sauna y un baño de vapor, una sala de deporte, un centro de negiocio, un programa diario de actividades culturales, clases de acuagym diarias y dos veces a la semana clases de yoga. Por fin, el hotel pone a la disposición de sus huespedes transporte dos veces al día para ir al mercado del centro de la ciudad y si necesitas divertir a tus niños, tendrás la opción de dejarlos al club de niños.
masaje, salón de belleza, sauna, hammam, puesta en forma, EPA, baño turco
gimnasia, aquagim, Voley playa, golf, Kayak, step, fitness
Anonyme.
Hôtel merveilleux et paradisiaque Cadre magique et enchanteur Restaurant gastronomique irréprochable Je le recommande!!!!
Accueil chaleureux Service parfait Calme Vue sur la mer Plage toujours propre Disponible
Les fêtards Les personnes qui fument
Anonyme.
Hôtel merveilleux et paradisiaque Cadre magique et enchanteur Restaurant gastronomique irréprochable Je le recommande!!!!
Accueil chaleureux Service parfait Calme Vue sur la mer Plage toujours propre Disponible
Les fêtards Les personnes qui fument
Anonyme.
bon hotel avec une belle vue et du personnel accueillant
qualité et propreté des chambres
un peu loin de la ville
Anonyme.
simple, rapide et bon rapport qualité prix
proche de Papeete sur la cote Est, peut de bouchon le matin et le soir séance d'aquagym plusieurs fois par semaine nourriture local peut cher et chambre spacieuses
bruit le matin et le soir sur la route de ceinture
Anonyme.
chambre spacieuse avec jacuzzi, restauration très bonne et variée, personnel très attentionné
chambre spacieuse, vue mer, les attentions du personnel
service de bus , pour se rendre en centre ville un pzu limite
Anonyme.
Je trouve que cet hôtel a l'air très paisible, il a un décors et une vue magnifique. Un endroit parfais pour passer de bonne vacances et se détendre au soleil.
Endroit magnifique et parfait pour des vacances de rêve
Aucun point faible trouver
Anonyme.
Excellent hôtel avec piscine, jacuzzi et soins du corps... Superbe vue... un vrai paradis sur Terre...
Piscine, repas, vue, soins corps, personnel...
Les glaces fondent trop vite...
Un extenso terreno no muy lejos del aeropuerto de Faaa, equipado con numerosas instalaciones, un alto nivel de vida y una comida excelente: el Intercontinental es unos de los valores seguros de Tahití. Es una lástima que a la decoración le falte originalidad, sobre todo en las habitaciones, y que los precios de la comida sean tan elevados.
El Meridien, situado al suroeste de Papeete, es el hotel más alejado de la ciudad. Ofrece un marco magnífico, una de las piscinas más grandes con fondo de arena del Pacífico, una preciosa laguna y un restaurante para gastrónomos. Las habitaciones son espaciosas y están bien equipadas, aunque les falta ser más acogedoras.
Un establecimiento mitad hotel, mitad pensión familiar. La decoración, que parece no haber salido de los años 60, satisfará a los amantes de esta época. Situado en las afueras de la parte este de Papeete, junto a una playa de arena negra con poco encanto, el Royal Tahitien ofrece sin embargo un marco agradable, alojamiento bien conservado y un restaurante con encanto.
Un hotel de gran nivel internacional que funciona como tal, nada de sorpresas negativas: las instalaciones que podemos encontrar son impecables. El Sheraton Tahiti no cuenta con la mejor ubicación junto al mar, pero sí que tiene la ventaja de estar cerca del aeropuerto y poder ofrecer así una parada práctica con gran comodidad a los turistas de paso.
El Sofitel Maeva Beach no resulta atractivo a primera vista debido a su enorme estructura, característica de los años 70, y a una ubicación demasiado cercana a la carretera. Sin embargo, la decoración interior resulta agradable y bien cuidada, sobre todo en las habitaciones. Se trata asimismo de un espacio acogedor con restaurante y piscina junto a la playa. Otra de sus ventajas es la comida, sabrosa y relativamente económica.
El Tiare Tahiti Noa Noa, situado en la ciudad de Papeete, es un hotelito de ambiente distendido perfecto para hacer una escala en Tahití o para descubrir la capital polinesia a pie desde tu habitación. El mercado de artesanía y el puerto están cerca. Una buena elección para vivir el ambiente de la ciudad, tanto de día como de noche, gracias a las famosas "roulottes" que por las tardes se instalan frente al mar.
Totalmente nuevo y muy bonito, es un hotel de diseño enfrente del mar; cerca del aeropuerto y de la ciudad de Papeete; a pocas paradas de autobús del centro comercial para ir de compras, pero también para abastecerse de ciertas cosas que son más baratas que en la ciudad como la crema solar, el material de inmersión libre o la ropa de deporte. Las suites del Manava disponen de una cocinita, algo a tener en cuenta para reducir gastos en Tahití, y recomendadas sobre todo para las familias y los grupos de amigos. Aunque las parejas también lo apreciarán.
Totalmente nuevo y muy bonito, es un hotel de diseño enfrente del mar; cerca del aeropuerto y de la ciudad de Papeete; a pocas paradas de autobús del centro comercial para ir de compras, pero también para abastecerse de ciertas cosas que son más baratas que en la ciudad como la crema solar, el material de inmersión libre o la ropa de deporte. Las suites del Manava disponen de una cocinita, algo a tener en cuenta para reducir gastos en Tahití, y recomendadas sobre todo para las familias y los grupos de amigos. Aunque las parejas también lo apreciarán.
Un extenso terreno no muy lejos del aeropuerto de Faaa, equipado con numerosas instalaciones, un alto nivel de vida y una comida excelente: el Intercontinental es unos de los valores seguros de Tahití. Es una lástima que a la decoración le falte originalidad, sobre todo en las habitaciones, y que los precios de la comida sean tan elevados.
El Sofitel Maeva Beach no resulta atractivo a primera vista debido a su enorme estructura, característica de los años 70, y a una ubicación demasiado cercana a la carretera. Sin embargo, la decoración interior resulta agradable y bien cuidada, sobre todo en las habitaciones. Se trata asimismo de un espacio acogedor con restaurante y piscina junto a la playa. Otra de sus ventajas es la comida, sabrosa y relativamente económica.
El Meridien, situado al suroeste de Papeete, es el hotel más alejado de la ciudad. Ofrece un marco magnífico, una de las piscinas más grandes con fondo de arena del Pacífico, una preciosa laguna y un restaurante para gastrónomos. Las habitaciones son espaciosas y están bien equipadas, aunque les falta ser más acogedoras.
Un hotel de gran nivel internacional que funciona como tal, nada de sorpresas negativas: las instalaciones que podemos encontrar son impecables. El Sheraton Tahiti no cuenta con la mejor ubicación junto al mar, pero sí que tiene la ventaja de estar cerca del aeropuerto y poder ofrecer así una parada práctica con gran comodidad a los turistas de paso.
Un establecimiento mitad hotel, mitad pensión familiar. La decoración, que parece no haber salido de los años 60, satisfará a los amantes de esta época. Situado en las afueras de la parte este de Papeete, junto a una playa de arena negra con poco encanto, el Royal Tahitien ofrece sin embargo un marco agradable, alojamiento bien conservado y un restaurante con encanto.
El Tiare Tahiti Noa Noa, situado en la ciudad de Papeete, es un hotelito de ambiente distendido perfecto para hacer una escala en Tahití o para descubrir la capital polinesia a pie desde tu habitación. El mercado de artesanía y el puerto están cerca. Una buena elección para vivir el ambiente de la ciudad, tanto de día como de noche, gracias a las famosas "roulottes" que por las tardes se instalan frente al mar.