Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
Un establecimiento mitad hotel, mitad pensión familiar. La decoración, que parece no haber salido de los años 60, satisfará a los amantes de esta época. Situado en las afueras de la parte este de Papeete, junto a una playa de arena negra con poco encanto, el Royal Tahitien ofrece sin embargo un marco agradable, alojamiento bien conservado y un restaurante con encanto.
Royal Tahitien - © Carlos Rodrigues / EASYVOYAGE
Royal Tahitien - © Carlos Rodrigues / EASYVOYAGE
Papeete se encuentra a 3 km (10 min) y el aeropuerto a 7 km (20 min) del hotel.
Tendrás la sensación de estar en un museo dedicado a los años 60: desde los muebles de formica a los colores y los motivos decorativos, todo parece original. Eso sí, las 40 habitaciones son coquetas y acogedoras. Cabe destacar el balcón con vistas al parque. Las comodidades en las habitaciones son las básicas: teléfono, nevera y televisión si se solicita (gratuita). En cambio, los baños resultan bastante feos, con muebles de muy dudoso gusto. Está prevista una renovación de éstos últimos a lo largo del año 2007. Por último, cabe destacar el único bungalow junto al mar (previo pago de un suplemento).
Nada más llegar a la recepción podemos comprobar el estilo del hotel: una decoración basada en los años 60 con muebles de formica y colores que hoy en día ya no se estilan. El Royal Tahitien ofrece una vuelta al pasado, incluso en lo relacionado con la arquitectura. El marco y el ambiente se asemejan más a una acogedora y pequeña pensión familiar que a un hotel. Situado en un barrio residencial y junto al mar, está formado por dos edificios de dos niveles que incluyen un total de 40 habitaciones. La decoración depende de los gustos de cada uno, pero no se puede negar lo bien cuidado que está, sobre todo el parque, con una espléndida vegetación: flamboyanes, árboles de caucho, un pequeño arroyo cubierto de flores de loto... En cuanto a las instalaciones: nada especial, tan sólo una agradable y pequeña piscina equipada con tumbonas y un jacuzzi de dimensiones considerables.
El restaurante es, además del parque, el otro punto fuerte del hotel. Ocupa un bonito comedor aireado y ubicado junto al mar; cuenta con una terraza, en la que se sirve el desayuno, y un bar. Las paredes y el techo del restaurante están cubiertos de cestería. La original decoración y una interesante carta contribuyen a atraer una gran cantidad de clientela local. La carta dispone de una gran variedad: 6 entrantes, 10 pescados, 10 carnes y una rica quincena de postres. La selección de vinos es asimismo muy correcta. El precio de un plato o de una botella de vino es de 20 a 25 euros.
El terreno del hotel da a la playa pública de Pirae, una playa de arena negra como todas las de la costa este, y de grano fino. La ensenada ocupa 800 m de largo por 10 de ancho. Al tratarse de una playa pública, el hotel no ha podido instalar equipamientos en ella. Como actividades náuticas, solamente propone kayak o piragua tahitiana, una pena. El baño es agradable. No es indispensable llevar sandalias ya que dentro del agua no hay rocas, solamente arena. Tampoco se recomienda llevar el material de snorkelling ya que en este entorno arenoso los únicos peces son alevines.
El Royal Tahitien, situado a 3 km al este de Papeete, suele ser particularmente difícil de encontrar. Para llegar a él, hay que coger la carretera de cuatro carriles en dirección este hacia Arue, y hacer un cambio de sentido en la glorieta situada tras el centro de mando militar del Pacífico; a continuación, hay que volver en dirección a Papeete y girar justo antes de la gasolinera Mobile.
La playa no merece la pena. El hotel cuenta con una, pero es demasiado estrecha y está cubierta de arena negra con un fuerte desnivel en el agua. Además, el entorno no resulta cautivador, ya que en la parte izquierda, a lo lejos, se encuentran las inmensas reservas petroleras del puerto de Papeete. El Royal Tahitien tampoco dispone de club náutico, pero el de Papeete está bastante cerca.
Anonyme.
Établissement un peu vieillo en rapport au prix et aux prestations. J'ai eu l'impression de voir la salle de bain de ma grand mère quand j'ai vu celle de ma chambre.
En bord de plage grand parc et calme
loin du centre pas de piscine
Anonyme.
Décoration à rafraichir, les chambres sont grandes et faites tous les jours, plage privée (sable noir), restaurant excellent, équipe (femmes de chambre, serveurs, accueil...) très agréable.
Le restaurant excellent, la plage, la joile petite piscine, les jardins magnifiques
la décoration des chambres, le prix !
Un extenso terreno no muy lejos del aeropuerto de Faaa, equipado con numerosas instalaciones, un alto nivel de vida y una comida excelente: el Intercontinental es unos de los valores seguros de Tahití. Es una lástima que a la decoración le falte originalidad, sobre todo en las habitaciones, y que los precios de la comida sean tan elevados.
El Meridien, situado al suroeste de Papeete, es el hotel más alejado de la ciudad. Ofrece un marco magnífico, una de las piscinas más grandes con fondo de arena del Pacífico, una preciosa laguna y un restaurante para gastrónomos. Las habitaciones son espaciosas y están bien equipadas, aunque les falta ser más acogedoras.
El Radisson, de reciente construcción, ofrece un marco y un nivel de vida de gran calidad, digno de un hotel perteneciente a una importante cadena internacional. Una decoración cuidada, un spa y una sala de fitness, una ubicación original junto a una playa de arena volcánica al este de Papeete: las ventajas que ofrece el Radisson Tahiti son numerosas.
Un hotel de gran nivel internacional que funciona como tal, nada de sorpresas negativas: las instalaciones que podemos encontrar son impecables. El Sheraton Tahiti no cuenta con la mejor ubicación junto al mar, pero sí que tiene la ventaja de estar cerca del aeropuerto y poder ofrecer así una parada práctica con gran comodidad a los turistas de paso.
El Sofitel Maeva Beach no resulta atractivo a primera vista debido a su enorme estructura, característica de los años 70, y a una ubicación demasiado cercana a la carretera. Sin embargo, la decoración interior resulta agradable y bien cuidada, sobre todo en las habitaciones. Se trata asimismo de un espacio acogedor con restaurante y piscina junto a la playa. Otra de sus ventajas es la comida, sabrosa y relativamente económica.
El Tiare Tahiti Noa Noa, situado en la ciudad de Papeete, es un hotelito de ambiente distendido perfecto para hacer una escala en Tahití o para descubrir la capital polinesia a pie desde tu habitación. El mercado de artesanía y el puerto están cerca. Una buena elección para vivir el ambiente de la ciudad, tanto de día como de noche, gracias a las famosas "roulottes" que por las tardes se instalan frente al mar.
Totalmente nuevo y muy bonito, es un hotel de diseño enfrente del mar; cerca del aeropuerto y de la ciudad de Papeete; a pocas paradas de autobús del centro comercial para ir de compras, pero también para abastecerse de ciertas cosas que son más baratas que en la ciudad como la crema solar, el material de inmersión libre o la ropa de deporte. Las suites del Manava disponen de una cocinita, algo a tener en cuenta para reducir gastos en Tahití, y recomendadas sobre todo para las familias y los grupos de amigos. Aunque las parejas también lo apreciarán.
El Radisson, de reciente construcción, ofrece un marco y un nivel de vida de gran calidad, digno de un hotel perteneciente a una importante cadena internacional. Una decoración cuidada, un spa y una sala de fitness, una ubicación original junto a una playa de arena volcánica al este de Papeete: las ventajas que ofrece el Radisson Tahiti son numerosas.
Totalmente nuevo y muy bonito, es un hotel de diseño enfrente del mar; cerca del aeropuerto y de la ciudad de Papeete; a pocas paradas de autobús del centro comercial para ir de compras, pero también para abastecerse de ciertas cosas que son más baratas que en la ciudad como la crema solar, el material de inmersión libre o la ropa de deporte. Las suites del Manava disponen de una cocinita, algo a tener en cuenta para reducir gastos en Tahití, y recomendadas sobre todo para las familias y los grupos de amigos. Aunque las parejas también lo apreciarán.
Un extenso terreno no muy lejos del aeropuerto de Faaa, equipado con numerosas instalaciones, un alto nivel de vida y una comida excelente: el Intercontinental es unos de los valores seguros de Tahití. Es una lástima que a la decoración le falte originalidad, sobre todo en las habitaciones, y que los precios de la comida sean tan elevados.
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El Meridien, situado al suroeste de Papeete, es el hotel más alejado de la ciudad. Ofrece un marco magnífico, una de las piscinas más grandes con fondo de arena del Pacífico, una preciosa laguna y un restaurante para gastrónomos. Las habitaciones son espaciosas y están bien equipadas, aunque les falta ser más acogedoras.
Un hotel de gran nivel internacional que funciona como tal, nada de sorpresas negativas: las instalaciones que podemos encontrar son impecables. El Sheraton Tahiti no cuenta con la mejor ubicación junto al mar, pero sí que tiene la ventaja de estar cerca del aeropuerto y poder ofrecer así una parada práctica con gran comodidad a los turistas de paso.
El Tiare Tahiti Noa Noa, situado en la ciudad de Papeete, es un hotelito de ambiente distendido perfecto para hacer una escala en Tahití o para descubrir la capital polinesia a pie desde tu habitación. El mercado de artesanía y el puerto están cerca. Una buena elección para vivir el ambiente de la ciudad, tanto de día como de noche, gracias a las famosas "roulottes" que por las tardes se instalan frente al mar.