


Este hotel sin un encanto particular no ha cambiado desde 1995 y se trata de un establecimiento muy básico. El restaurante y su carta asequible son sus principales atractivos.
Este hotel sin un encanto particular no ha cambiado desde 1995 y se trata de un establecimiento muy básico. El restaurante y su carta asequible son sus principales atractivos.
El hotel, situado en un barrio residencial (cerca del edificio de la radio), está a 10 minutos de la Torre Eiffel. Si bien el barrio no es muy turístico, hay varios restaurantes cerca.
La habitación "estándar" mide 17 m2. Los suelos están cubiertos de una moqueta algo estropeada. El minibar no está muy abastecido y el servicio de habitaciones funciona hasta el cierre del restaurante. Las prestaciones son las mínimas: pantalla plana, caja fuerte, teléfono y ropero. En cambio, las habitaciones superiores contienen mesas, sofás, albornoces y bandeja de regalo. Los colchones son de 160 cm. Todos los cuartos de baño están equipados con una bañera.
El espacioso vestíbulo es un poco antiguo, igual que sucede con el resto del establecimiento, está limpio aunque le haría falta una renovación de la pintura y un toque de originalidad. El bar está abierto hasta las 22:30 h y tiene acceso a una terraza a ras de suelo con capacidad para unos quince comensales. También se puede comer o cenar en el interior. El desayuno se sirve al estilo buffet frío o caliente entre las 07:00 y las 10:30 h en una sala alargada. No dispone de apertura alguna, por lo que su luz cruda hace recordar a los centros comunitarios. Asimismo, esta atmósfera fría y algo antigua la volvemos a encontrar en el sótano, en las salas de reunión. La más grande tiene capacidad para 40 personas y está equipada con rotafolios y videoproyector. Una mesita y su ordenador hacen las funciones de centro de negocios. El wifi es gratuito en las zonas comunes y en las habitaciones tiene suplemento. El hotel dispone de un aparcamiento.
La carta es simple y presenta los clásicos de la cocina francesa. Tiene la ventaja de ser relativamente asequible en este barrio de negocios.
El vestíbulo es relativamente amplio, aunque no ofrece espacios muy personales. El bar que abre hasta las 22:30 h es el único lugar de entretenimiento y relax.
masaje, salón de belleza, sauna, hammam, puesta en forma, EPA, baño turco
gimnasia, btt, fitness, deportes
Los propietarios son muy amables y el establecimiento tiene una política muy acogedora
Un hotel tranquilo con algunos toques de fantasía
¡Es nuestro hotel favorito del barrio! Las vistas desde las habitaciones de las últimas plantas son sencillamente impresionantes. No te lo puedes perder.
Un hotel en el que te sentirás como en casa
El Carina presenta una nueva cara étnica, cerca del muelle Branly.
Un pequeño hotel con encanto donde todas las habitaciones son diferentes.
Este establecimiento alquila apartamentos completamente equipados.
Un establecimiento intimista, a dos pasos de la Puerta de Versalles.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.