


Un hotel de dos estrellas modesto, muy bien ubicado entre la Puerta de Orléans y el parque Montsouris.
Un hotel de dos estrellas modesto, muy bien ubicado entre la Puerta de Orléans y el parque Montsouris.
13/20
La calle Beaunier tiene un carácter particular. Cerca de la puerta de Orléans, sale de la poco atractiva avenida del General Leclerc y sube con poca inclinación en dirección al agradable parque Montsouris. Esta calle sin un encanto particular tiene la ventaja de ser tranquila y a la vez estar bien comunicada. Líneas de autobús, metro y tranvías te llevarán en pocas paradas a la Puerta de Versailles, a Montparnasse o al centro de París. La animación nocturna no es el punto fuerte de este lugar; al pasar los restaurantes de la Puerta de Orléans es mejor dirigirse hacia la rotonda de Alésia, más acogedora.
El lugar está muy limpio y la superficie de las habitaciones es satisfactoria, sobre todo en las triples. Al hotel le haría falta una renovación del papel pintado rojo oscuro de las paredes y de la moqueta azul marino del suelo; aconsejamos las habitaciones de las plantas superiores para gozar de un poco de luminosidad. A aquellos que les guste dormir hasta tarde, les aconsejamos que eviten la habitación interior de la planta baja que da a la terraza del desayuno; es un lugar muy animado cuando empieza el buen tiempo.
Los nuevos propietarios concentran sus esfuerzos en que el edificio cumpla todas las normas. La decoración interior queda relegada para más adelante. Por el momento, la atmósfera es simple aunque familiar, una impresión que se desprende sobre todo del tamaño de la recepción yuxtapuesta a la sala del desayuno. En cambio, cuando llega el buen tiempo, se agradece el pequeño patio acondicionado con algunas mesas.
Petit hôtel sympa, sans prétention, où nous avons passé un bon séjour. L'équipe est agréable et les chambres confortables.
Petite coure mignonne Rapport qualité/prix
trop vieillot, il serait temps de refaire les chambres!
Su propietario afirma que el Villa Royale Montsouris es el único hotel oriental de París. Destacan los detalles de su decoración, la selección de objetos, los colores y la forma de algunos elementos arquitectónicos que evocan una atmósfera del norte de África o de Oriente Medio. Y si no te lo acabas de creer, al menos te puedes dejar llevar por este logrado palacete digno de Las mil y una noches.
Este hotel, que abrió sus puertas hace casi cuarenta años, no ha disminuido su prestigio.
En este establecimiento situado en un eje de circulación muy concurrido y bien comunicado reina un ambiente de albergue de juventud.
Instalados desde hace diecisiete años, sus dueños han sabido darle un ambiente agradable combinando varios estilos.
Si la decoración de este hotel se inspira en el famoso templo griego, la imagen que da dista mucho de igualar el encanto que transmite su modelo antiguo. No busques la luminosidad de las islas griegas, desgraciadamente ha cedido su lugar a una oscuridad bastante deprimente.
Ideal para aquellos que buscan un hotel con una decoración agradable pero que no sea demasiado caro, con el diseño al alcance de la mano.
Un establecimiento agradable con un estilo acogedor, que huye del frenesí de la Puerta de Orleans.
Su principal ventaja es, por supuesto, el precio, proporcional al escaso equipamiento que podrás encontrar en el hotel. Sin embargo, las habitaciones renovadas están realmente bien.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.