


Un homenaje personal al barrio de los pintores, en una calle animada y por lo tanto muy conocida.
Un homenaje personal al barrio de los pintores, en una calle animada y por lo tanto muy conocida.
La rue de la Gaité, a dos pasos de la estación Montparnasse, es toda una curiosidad. Es relativamente corta y parte del tranquilo bulevar Edgard Quinet hasta la avenue du Maine, casi frente a la estación Montparnasse. La calle alberga al menos siete salas de espectáculos, algunas de principios de siglo (teatro Montparnasse, teatro de la Gaité Montparnasse, Bobino). Con el paso del tiempo, otro tipo de salas, reservadas a los adultos, se han instalado en esta estrecha calle. Una convivencia original, en un barrio que está bien surtido en restauración (cervecerías, creperías) y en comercios (galería comercial de la Gaité).
Para encontrar tu habitación puedes prestar atención al número, o al pintor. Cada puerta muestra la representación de un cuadro de autor (Degas, Renoir, Klimt, Monet, Redon) que encontramos en formato grande sobre la cama. ¿Qué puede ser más romántico que dormir bajo "El Beso" de Gustave Klimt? El mobiliario combina perfectamente con la época ilustrada: pequeño velador, lámpara de araña y sillón club. Merecen mención particular las colchas que retoman el color estrella del lienzo. Para disfrutar de buenas vistas, pide el 7º piso, si el cielo está despejado la visión se extiende hasta Montmartre.
El Elysée-Montparnasse, tras una bonita fachada de 1930 adornada con mosaicos, se renovó en 2008. Sin embargo, el hotel ha sabido conservar el encanto y el carácter artístico propio del barrio. El vestíbulo está dotado de un salón amueblado con sillones club granates, que dan carácter al conjunto. En la sala del restaurante, situado en el subsuelo, hay una cristalera, pero le falta algo de altura. Un ascensor de los años '30 sube a las habitaciones. Los pasillos, en tono amarillo claro, son luminosos pero tal vez un poco tortuosos.
La cama muy cómoda, muy buen servicio y está en una zona donde hay de todo y muy cerca de la estación.
A cinco minutos de la estación Montparnasse, éste es un hotel clásico y confortable que no decepciona (pero tampoco entusiasma demasiado).
Hotel muy sencillo, sin encanto, situado cerca de la estación de Montparnasse. El precio de las habitaciones es interesante, pero no debes esperar un gran confort.
Un dos estrellas de buena calidad en pleno barrio de Montparnasse.
El Apollinaire, cuyo nombre se debe al famoso artista que vivió allí, es un hotel sencillo y bien equipado.
El hotel Abba Montparnasse, que pertenece a un grupo español, ostenta una moderna decoración muy agradable y disfruta de una situación práctica.
Hermoso tres estrellas, de dimensiones reducidas, íntimo y con habitaciones llenas de encanto. La decoración juega con grandes flores y colores agradables que aportan dinamismo y transmiten buen humor.
Un establecimiento recién renovado en pleno Montparnasse
A dos pasos de la estación y del animado barrio de Montparnasse, un concepto de apartotel a la espera de ser renovado.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.