

Un hotel más que básico, sin mayor interés que su precio.
Un hotel más que básico, sin mayor interés que su precio.
Este hotel está situado en un rincón perdido del norte del distrito 20, entre las calles de Ménilmontant y Belleville. La zona está totalmente olvidada por el transporte público. Solamente hay un autobús que circula por las calles cercanas al hotel. Los metros quedan lejos y las calles en cuesta no facilitan el acceso al hotel. Los parques de Belleville y de Buttes Chaumont están cerca del hotel, con lo que podrás pasear por zonas verdes.
El Ermitage dispone de habitaciones individuales con o sin cuarto de baño. Todas las dobles disponen de cuarto de baño con WC. Todas las habitaciones son iguales y están mal cuidadas. Los armarios son de fórmica y están muy dañados. En las habitaciones no hay nada agradable en lo que posar la vista. En resumen, acudirás aquí para dejar la maleta y salir rápidamente a descubrir París.
Se trata de un hotel muy sencillo de una estrella. No tiene ascensor. Tampoco dispone de sala de desayunos. Tendrás lo mínimo vital, o sea, las habitaciones, que afortunadamente son económicas.
Petite chambre avec petite salle de bain. Pas mal situé à Belleville: quartier animé et sympa. Le gros problème rencontré est la chambre située au 5ème étage sans ascenseur. Bon wifi
proximité centre wifi bonne qualité gérant sympa bonne insonorisation pas cher
pas d'ascenceur et 5 étages c'est haut
ça va si pour une max 2 nuits. A eviter pour un sejour romantique
rapport qualité prix position
pas trop propre brouillant
La amabilidad del propietario y la fabulosa decoración de estilo revival-disco hacen del Super un hotel particularmente atractivo.
Una residencia con apartamentos (desde estudios a apartamentos de tres habitaciones), todos equipados con cocina. Todos disponen de una bonita decoración, original en comparación con las residencias del mismo género.
En este hotel familiar y asequible hallarás el espíritu retro de Ménilmontant que da protagonismo al ambiente humorístico que se respira en el barrio.
Este hotel tiene una anécdota... Y las habitaciones están bien decoradas, con refinamiento pero sin pasarse, lo que hace que te sientas bien en ellas. El propietario ha sabido dar una gran personalidad a cada habitación, diferenciando cada una de ellas.
Un hotel Ibis cuyas habitaciones se ciñen a los estándares de la cadena, con colchas blancas y suelos de moqueta. Todas ellas son muy funcionales y ofrecen un confort adecuado. El hotel no está muy lejos del animado barrio de la Bastilla.
Un hotel interesante encima de un bar-restaurante. Habitaciones temáticas, todas diferentes, cada una con su propia personalidad. Este hotel se desmarca especialmente de sus competidores mediante la oferta de unas habitaciones con un ambiente lúdico y original.
Este pequeño hotel, situado en una animada calle de un barrio residencial, ofrece unas habitaciones acogedoras y personalizadas.
Un hotelito increíble, con una asombrosa decoración. Moderno, pero no llamativo. Un original uso del mobiliario de madera ha permitido conseguir un acondicionamiento muy acogedor, funcional y estilizado, al límite de un diseño de líneas depuradas y muy logrado.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.