


La perla del distrito 9, te enamorarás.
La perla del distrito 9, te enamorarás.
El hotel está situado en una pequeña calle tranquila, al pie de la colina que conduce al barrio de Pigalle, famoso por su vida noctornua, sus restaurantes y bares, sus salas de conciertos y sus clubs, además de su conocidísimo: Moulin Rouge. Ahí comienza el ascenso en dirección a Montmartre, hasta el Sagrado Corazón. Si lo prefieres, también puedes visitar desde el hotel otro lugar emblemático de la capital: la Ópera Garnier. Si andas un poco más, llegarás al templo de las compras de París, el barrio de los Grandes Almacenes. En los alrededores del hotel, hay algunos buenos restaurantes, como el "Jean". Metro más cercano: Trinité.
Las 27 habitaciones del establecimiento se reparten en tres categorías: estándar, superior y suite. Nosotros visitamos una estándar. La habitación impresiona por su tamaño, excepcional en París en esta categoría. Se trata de auténticos pequeños apartamentos, con escritorio, armario, una cama grande, etc. ¡La altura de los techos es impresionante! La decoración es elegante y cuidada, con chimenea. No falta de nada: disponen de climatización individual, minibar lleno y conexión wifi gratuita. El cuarto de baño es grande y todos tienen bañera. Los precios se encuentran en la franja alta de esta categoría, pero la relación calidad-precio es buena.
El hotel se encuentra en un bonito edificio parisino. Antiguamente llamado "Hôtel des Croisées", cambia su nombre después de que el director americano Jonathan Demme - que dirigió "El silencio de los corderos" entre otras- rodase una película en el rebautizado "Langlois". El hotel es espléndido. Construido en 1896, todos los amantes de lo antiguo caerán rendidos al encanto de sus dimensiones, la elegancia de la madera, su pintoresco ascensor, etc. Deambular por el hotel es como viajar por la historia de la capital. El trato es familiar y especialmente acogedor. Hay un aparcamiento a 300 m.
Una ubicación envidiable y una rara fuente de bienestar para sus clientes.
Hotel cercano a la Place Blanche y al animado barrio de Pigalle. La decoración de las habitaciones es clásica y el ambiente parece extraído de la década de los ochenta. Buenas prestaciones en conjunto.
Un magnífico hotelito que ostenta una decoración prestigiosa y cuidada, estilo Art Decó, con unas obras de arte moderno que le confieren un hermoso estilo.
Un buen establecimiento, en una zona tranquila, cercano a los Grands Boulevards y a los Grandes Almacenes.
Un bonito hotel cercano a algunos de los puntos de interés ineludibles de la capital
Bien ubicado. Ofrece prestaciones modestas por módicos precios.
Nos encanta este hotel y su decoración estilizada, diseño sin excesos. Bonitos materiales, colores intensos, la sensación de ser bien recibido. La cristalera de la sala principal invita a quedarse tiempo, por lo agradable que resulta el espacio.
Este pequeño hotel está cerca de la colina de Montmartre.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.