


Una de las ventajas de este hotel es su envidiable ubicación, a unos minutos de la plaza de la République. Los cuartos de baño, al igual que las habitaciones, son clásicos. Un aviso: no te esperes un hotel con mucho encanto
Una de las ventajas de este hotel es su envidiable ubicación, a unos minutos de la plaza de la République. Los cuartos de baño, al igual que las habitaciones, son clásicos. Un aviso: no te esperes un hotel con mucho encanto
A pocos minutos a pie de la plaza de la République, gracias a la gran cantidad de líneas de metro y autobús que hay allí, resulta muy rápido ir a los monumentos y museos del centro de París. A tan sólo unas estaciones de la línea 8 del metro tienes las dos óperas, la plaza de la Concorde, el Campo de Marte y la torre Eiffel. El hotel está situado en lo que se conoce como el "triángulo de la modernidad", delimitado por el canal Saint-Martin, Bastilla y Oberkampf, y en el que hay muchos bares y pubs. Es una zona ideal para los que aman pasar horas tomando un aperitivo. Cerca de allí, grandes y pequeños se deleitaran con los espectáculos del Circo de Invierno o el Bataclan.
Se trata de habitaciones estándar, sencillas, funcionales, con una decoración poco esmerada. En general disponen de un pequeño ropero, un televisor y un escritorio más o menos grande. Un discreto papel en tonos azules o naranjas decora las paredes. Las moquetas, por su parte, están estampadas con los mismos motivos y tonos. Es cierto que no tienen personalidad, pero no defraudarán tus expectativas si lo que quieres es descansar bien por la noche y salir a descubrir la ciudad por la mañana. Todos los cuartos de baño están alicatados con motivos cuadriculados del suelo al techo. En algunos hay ducha y en otros bañera. Sin embargo, todos disponen de secador de pelo.
Este hotel no sería el último grito en modernidad. Es más bien un paraíso de lo kitsch, en cuya entrada te dan la bienvenida varios sofás apelotonados y flores artificiales. El espacio donde se sirve el desayuno ocupa dos pequeñas estancias con mesas de madera y asientos rojos. Es cierto que no sería un lugar muy exótico, pero el trato es agradable y el hotel dispone de habitaciones sencillas y funcionales. Algunas incluso tienen un balconcito que da al bulevar Voltaire. Te gustará saber que cerca hay tres estaciones de metro en las que paran seis líneas distintas, por lo que te resultará fácil ir a cualquier punto de la ciudad.
Una buena ubicación, por ejemplo cerca de la plaza de la República, no debería ser el único atractivo de un hotel. Este Bristol es un lugar muy básico, sin encanto alguno, con pequeñas habitaciones de color que parecen ser acogedoras. A este hotel solamente se viene a dormir y no precisamente por la decoración.
Bonito y encantador hotel en el que la propietaria hace todo lo posible para que los huéspedes se sientan como en casa. Su ventaja: la decoración de cada habitación es diferente.
Bien ubicado y cerca de todos los lugares de visita obligada de la capital, éste es un pequeño y sencillo hotel lo suficientemente confortable.
Pequeño hotel artístico del barrio de Oberkampf, el Beaumarchais ofrece un alojamiento pintoresco para los presupuestos más ajustados
Ubicado en el centro de París y cerca del animado barrio de la Bastilla, el hotel dispone de pequeñas habitaciones cómodas y repletas de encanto. Además, la arquitectura es muy alegre. Una grata sorpresa?
Una recepción privilegiada y una decoración artística y original en las paredes de las habitaciones.
Hotel poco glorioso en pleno barrio República. Equipamiento mínimo, sin encanto ni originalidad.
Un elegante establecimiento con habitaciones de diseño y un virtuoso juego de luces que da ligereza a la estructura y espacios del hotel.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.