El Marinas Tibau se inauguró en 1993 y la última reforma de las instalaciones remonta al 2009. El resort se ubica en el medio de un jardín arbolado de 40.000 metros cuadrados de los cuales 300 metros bordean el mar. El jardín reúne nada menos que 200 árboles de 30 especies diferentes. A lo largo del día, en especial por las mañanas, a la hora del desayuno casualmente puedes cruzarte con un mono u algún otro animal. Además, el establecimiento cuenta con dos campos de tenis y un terreno de vóley con vistas tanto a la playa de Tibau do Sul y a la laguna de Guarairas.
La recepción con su toque rústico no destaca por ni por su tamaño ni por su decoración. Se sitúa en una cabaña a la entrada del resort amoblada con dos sillones de cuero y mimbre y un mostrador de madera. Un escaparate agrupa los distintos folletos con información turística de la zona. Atravesando el resort llegarás a la piscina, una de las zonas más atractivas del hotel. Rodeada de sombrillas de paja y de tumbonas claritas, la piscina con su forma rectangular se integra al paisaje. Desde aquí también las vistas son preciosas. Junto a ella, una casita con tobogán divertirá a los más jóvenes. El mirador con sus sillones blancos es otro sitio bien agradable para instalarse al final de la tarde tanto para leer como para descansar.
En frente del hotel se proponen clases de kite surf y de surf. También podrás incorporarte a un grupo de amantes de la caminata para recorrer 8 kilómetros en marea baja. Y si te gustan los caballos, un harás se encuentra cerca.