Resulta difícil no ver La Siesta, una larga estructura de color melocotón en el centro del complejo, cuyo nombre está inscrito en letras grandes en un soporte. Por encima de la entrada principal se encuentra una mariposa, el emblema del hotel, cuyo encanto es quizás un poco engañoso con respecto a la calidad del hotel. El vestíbulo tiene el techo recubierto de espejos y no es de los más bonitos que hemos visto. De hecho, los estilos no se combinan muy bien en la recepción entre el bambú y las baldosas de mármol. Aunque tiene una música ambiental acogedora (igual que el personal) y unas composiciones florales dispuestas encima de las mesas en cada conjunto de sillones que alegran la estancia. El resto del vestíbulo está vacío, solo hay algunos muebles antiguos de mimbre mullidos. Fuera se encuentra la piscina principal del hotel y una pequeña para los niños. Hay mucho espacio para poner tumbonas y sombrillas y disfrutar del sol durante todo el día, ya que este no se oculta tras los edificios de los alrededores porque son bajos. El puente que cruza la piscina por encima lleva al club infantil del hotel, el Magic Park. Es una instalación excelente que incluye dos salas con máquinas recreativas, una piscina de bolas y todo lo necesario para divertir a los niños (por las tardes los padres tienen que acompañar a sus hijos). Asimismo, hay un programa de animación completo para los adultos y para los niños, que incluye torneos deportivos, una discoteca infantil y diversiones como el espectáculo de cetrería y de música tradicional.
El centro de bienestar y el spa de La Siesta se llama Natural, y también incluye un pequeño gimnasio equipado con unas máquinas básicas. La entrada es aérea gracias a los minúsculos focos del techo que hacen que parezca un cielo estrellado, mientras que el resto está compuesto por salas de tratamientos, una peluquería, una bañera de hidroterapia y un jacuzzi. Este no es el spa más completo ni más bonito de Tenerife, pero ofrece muchos tratamientos. Un detalle sorprendente para un hotel de esta calidad. También posee un centro de negocios con ordenadores de pago, wifi gratuito en el vestíbulo (que pronto se extenderá a algunas habitaciones) y una pista de tenis.
El hotel está en buen estado pese a que ostenta una decoración y un mobiliario anticuados, y está limpio y es funcional. El acceso a las habitaciones es fácil, aunque a veces resulta un poco largo.