El Playa Golf, con sus 7 plantas y sus 222 habitaciones, no es desde luego un hotel con encanto. Pero como lo remodelan regularmente, ofrece buenas comodidades y un nivel de equipamiento correcto. El gran vestíbulo de la entrada, los pasillos y los tres salones, amueblados curiosamente en estilo Luis XV, son espaciosos. El bar, diseñado como un pub, es cómodo y el servicio de calidad. En el exterior, destacan las dos piscinas, una de ellas cubierta durante el invierno, equipadas con solárium y un tobogán acuático. El jardín, bello aunque un poco artificial, esconde un agradable mini golf. Los clientes disponen también de una sala de gimnasia con sauna.