El Cotton Bay sólo cuenta con 48 habitaciones, lo cual está dentro de la media de los hoteles costeros de Rodrigues. La garantía para un trato agradable y una gran tranquilidad. Todas las habitaciones tienen vistas al mar. Se reparten en 40 de categoría superior (con ducha), seis de lujo (más amplias, con bañera y ducha) y dos suites. Todas las habitaciones pueden alojar a dos adultos y un niño. La superficie de las habitaciones de categoría superior es de 25 m². Su mobiliario, sencillo, incluye una butaca de estilo colonial, y varios elementos en madera y mimbre. Los apliques de cestería trenzada les aportan una pincelada adicional de localismo. Están equipadas con: aire acondicionado y ventilador, minibar, kit de té/café, caja fuerte, teléfono y televisión (Eurosports entre otros).

El Cotton Bay, una especie de pueblo criollo en miniatura, se presenta como seis bloques de una planta, con techos de chapa ondulada azul y fachadas de amarillo claro, adornadas con balcones con balaustradas de madera. Estos bloques rodean el edificio central, que alberga la recepción y el restaurante principal. El vestíbulo, muy sencillo, da acceso a una galería cubierta (o veranda criolla), orientada a la piscina y la laguna litoral. Esta piscina, de alrededor de 20 m de largo por 12 m de ancho, es lo suficientemente grande como para nadar. Alrededor de ella, encontramos un solárium enlosado, seguido de un césped refrescado por la sombra de los cocoteros. Un buen sitio para un momento de relax en las tumbonas de plástico con colchonetas. Los quitasoles de latania te proporcionarán sombra, si fuera necesario. Sin embargo, el espacio ideal para relajarse sigue siendo la playa (magnífica) o el césped acondicionado delante de los bloques, enfrente del mar.

La sala del restaurante principal bordea la piscina, y disfruta de vistas a la laguna litoral en toda su extensión. El único problema es que el número de mesas desde las que se domina la playa es limitado. Pero ahí está para compensarlo el restaurante de la playa, con sus vistas totalmente despejadas del mar. Acudimos a él para el almuerzo, compuesto por el plato del día (curry de pollo o de pescado), o bien una ensalada. Comodidad espartana: mesas y taburetes de madera. Preferiríamos unos buenos sillones. En cuanto a la comida, es sencilla pero sabrosa. El desayuno consiste en un bufé, con fruta fresca, charcutería, queso, panecillos, pasteles y tortillas. Por la noche se sirve un bufé temático, para degustar diferentes cocinas: criolla, india, mediterránea y china. Por la tarde se sirven crepes gratis, para los más golosos. Otra atención más: aperitivo gratis de 19:15 a 20:15.  

El Cotton Bay se encuentra en una ensenada de un kilómetro de largo, flanqueada por casuarinas, y que conserva un cierto aire de playa desierta. No hay ni una sola edificación visible en los alrededores. El agua es turquesa, y la arena blanca (aunque cabe decir que no es tan fina como la de la isla de Mauricio). Puede que haya olas y haga viento (especialmente en julio y agosto), ya que la playa se encuentra en la costa de barlovento (la más expuesta). Pero como el Cotton Bay se ha encargado de acondicionar la parte central de la playa, no se nota demasiado. Se han repartido tumbonas de plástico bajo sombrillas fabricadas con latania. Importante de mencionar: el centro de submarinismo del hotel, adscrito a la CMAS, ofrece cursos de iniciación y submarinismo "a la carta". Los niños pueden apuntarse a partir de ocho años. Atención: el centro de submarinismo cierra en julio y agosto, ya que el océano está demasiado agitado para practicar el submarinismo durante este periodo (mala visibilidad en el agua). Certificado médico obligatorio para los niños, y para presentarse al diploma de primer nivel; recomendado en los demás casos.

El Cotton Bay es el primer complejo que abrió en la isla de Rodrigues, en 1992. Su baza principal es el entorno. Ninguna edificación en los alrededores, exceptuando algunas casas y granjas rodriguesas, algo más hacia el interior. Por lo tanto, no encontrarás ningún tipo de vida nocturna en los alrededores, salvo el bar del hotel. No obstante, hay un excelente restaurante con menús a 200 m del Cotton Bay. Para encontrarlo, basta con seguir la carretera (sólo hay una que salga de Pointe Coton hacia la montaña). Este restaurante, Chez Madame Larose, abre todos los días para el almuerzo, y con reserva para la cena. Indispensable probar el carry zourites (plato a base de pulpo), una de las mejores especialidades de Rodrigues.