De las 193 habitaciones de las que dispone el hotel, 143 ofrecen vistas al mar y 50 a la ciudad. Hay además 16 suites. Las habitaciones son de tamaño medio (28 m²), decoradas en tonos azules y ocres, y disponen de una gran terraza. Cuentan con climatización central, teléfono de marcación directa internacional (un antiguo combinado que no se ha cambiado desde el año 1967), minibar completo, televisión (con 12 canales entre los que se encuentra TV5). El cuarto de baño, de mármol claro y con bañera, resulta un poco oscuro (iluminación de neón). Dispone además de secador de pelo, albornoces y productos de tocador.

Abierto en 1967 y renovado en 1998, el hotel tiene el aspecto de un edificio de hormigón de seis pisos. La imponente recepción de azulejos azules y las zonas comunes están decoradas con un mobiliario ecléctico de estilo barroco portugués, e incluso más antiguo (hay un viejo cofre de navío al estilo de los piratas); brillantes adornos estilo años 70 (impresionantes casetas calafateadas en cuero blanco que sirven como cabinas telefónicas) y toques más contemporáneos. El pequeño jardín está bien cuidado (con un bonito césped y palmeras) y en él se encuentra una gran piscina de agua salada en forma de media luna.

El desayuno y la cena se sirven en el restaurante principal, el Amendoeiras, que ofrece una gastronomía portuguesa e internacional. La sala es bastante grande, luminosa y muy al estilo de los años 70, en tonos dorados y con columnas hasta el techo. El Zodiaco, con un sencillo mobiliario de jardín en color blanco, sirve el almuerzo junto a la piscina (parrillada de pescado fresco, barbacoa y folclore una vez a la semana a partir de junio). El restaurante del casino, el Aladino, propone la misma carta que el Amendoeiras, para disfrutar de la cena con un espectáculo de music hall. Asimismo, dispone de dos bares, entre los que se encuentra el Panorama, el piano-bar del casino.

El hotel da a la gran playa de Praia da Rocha. Está separado por una avenida y un paseo que la bordean. A dos pasos de la ciudad, con un agradable entorno, adornado aquí y allá con agujas rocosas y acantilados de color ocre. Los clubes náuticos permiten practicar esquí náutico, vela, windsurf, kayak, barcas de pedales e incluso canoas. Hay varios bares instalados en pequeñas cabañas de madera oscura.

El Algarve Casino es el único hotel con casino de Portugal. Su casino es además el único que existe en Praia da Rocha.
Los cuartos de baño de las habitaciones del 6º piso cuentan con bañera y ducha.