El Luci de la Muntagna está construido en la misma roca, en una pequeña parcela con bastante pendiente que va descendiendo hacia la marina. Se accede por la parte más alta, la entrada está justo al lado de la carretera. El pequeño parking está situado al otro lado de la carretera, justo en una curva, por lo que habrá que hacer algunas maniobras peligrosas para aparcar el coche. El edificio fue construido en 1966 y conserva su arquitectura original redondeada y con bóvedas blancas. El resultado es bastante laberíntico con una sucesión de salitas separadas las unas de las otras por unos cuantos escalones, un conjunto encantador. En las zonas comunes como el vestíbulo, los salones o el bar se ha optado por un mobiliario cómodo con toques muy sardos que se combinan perfectamente con la decoración de colores blancos y azul cielo. La terraza panorámica es muy contemporánea y muy lograda. Las vistas son muy agradables. Sin embargo, las bebidas del bar, y todos los extras, son caros. Y es que estamos en Porto Cervo.
Para acceder a las habitaciones y al restaurante hay que descender. La pequeña piscina exterior está situada a los pies del hotel, en el nivel -4 y tiene un bar y tumbonas además de un jardín que la rodea.